El presidente Joseph Kabila declaró una "movilización general en todo el Congo" luego de que una ciudad de la frontera oriental cayó en manos de comandantes rebeldes, y prometió que las fuerzas armadas protegerían a la tercera nación en tamaño de África. 
 
Kabila, en la televisión estatal, acusó a la vecina Rwanda de estar implicada en la toma el miércoles de la ciudad de Bukavu, la cual representa el mayor reto que haya enfrentado el frágil gobierno de transición que asumió tras cinco años de guerra.
 
"La ciudad de Bukavu se encuentra en manos del ejército nacional de Rwanda. Rwanda se nos ha impuesto", dijo Kabila. 
 
Rwanda, principal adversario del Congo durante la guerra de 1998-2002, negó toda participación en la toma de Bukavu, un centro de comercio en la frontera común. 
 
"Lo que pasa en Bukavu es un problema interno del Congo y nosotros no tenemos nada que ver con ello", dijo el vocero del ejército de Rwanda, el coronel Patrick Karegeya. 
 
Funcionarios de las Naciones Unidas en la región dijeron que ellos tampoco podían confirmar la participación de Rwanda en la toma de Bukavu. 
 
Las fuerzas que lo hicieron son leales al general Laurent Nkunda y al coronel Jules Mutebutsi, otrora rebeldes aliados con Rwanda, quienes se unieron al ejército luego de la guerra civil. 
 
En el conflicto participaron los ejércitos de seis naciones, entre ellas Rwanda, que se dividieron al Congo y dieron muerte a unos 3,5 millones de personas por medio de la violencia y fomentando el hambre y la enfermedad.