El Gobierno norcoreano ha prohibido a sus ciudadanos utilizar teléfonos móviles y ha pedido que los entreguen a las autoridades, un año y medio después de su introducción en el mercado, informó este jueves la agencia surcoreana Yonhap.
 
Un oficial norcoreano que estaba en Seúl en un encuentro económico con responsables financieros locales confirmó la prohibición y explicó que está en vigor desde el pasado 25 de mayo, pero se negó a comentar el motivo.
 
De hecho, ningún miembro de la delegación norcoreana presente en la reunión hizo uso de teléfonos móviles.
 
Según la agencia Yonhap, estos días tampoco se ve a nadie hablando por un terminal móvil en Pyongyang, al contrario que el mes pasado cuando se celebró una cumbre económica entre las dos Coreas.
 
Corea del Norte introdujo la telefonía móvil en 2002 y en un año el número de suscriptores ascendió hasta 20.000, de acuerdo con el oficialista periódico norcoreano, "Chosun Sinbo".
 
Según fuentes oficiales norcoreanas, en Pyongyang se podían comprar productos de la compañía estadounidense Motorola y de la finlandesa Nokia.
 
Expertos surcoreanos consideran que el régimen de Kim Jong Il pretendía con la telefonía móvil mejorar las comunicaciones en el interior del país y con el extranjero, pero ahora se ha dado cuenta de que al mismo tiempo ha abierto la puerta una enorme flujo de información foránea.
 
"Las autoridades norcoreanas quisieran poder controlar parcialmente la distribución de información y al mismo tiempo permitir el uso de teléfonos móviles", afirma Kim Yeon-chul, profesor del Centro universitario coreano de investigación sobre Asia.
 
Sin embago, Yeon-chul se abstuvo de valorar el alcance de la prohibición puesto que no se conocen los detalles ni los límites de la medida.