La Iglesia Católica australiana ha contratado a un químico retirado para comprobar si varios objetos religiosos de una capilla de Brisbane, incluida una estatua de la Virgen María, sangran y expiden aceite con aroma de rosas.

El vicario judicial, Adrián Farrelly, dijo que el químico, de quien no proporcionó su identidad, podría encontrar una explicación científica al “milagro” de la capilla situada en la comunidad vietnamita de Inala, en el sureste de la ciudad de Brisbane.

Miles de devotos de Australia y de Nueva Zelanda se concentran desde hace tres semanas en dicha capilla para observar las “lágrimas” de la Virgen y la supuesta sangre procedente de varios crucifijos y otros objetos religiosos.

Publicidad

Farrelly, quien dirigirá la investigación, dijo que desconoce cuándo enviará el resultado final al arzobispo de Brisbane, John Bathersy, y que entrevistará a testigos del suceso.

El portavoz de la capilla, Vincent Do, señaló que las anormalidades comenzaron cuando una especie de aceite de rosas comenzó a caer de los ojos, nariz, frente y dedos de la imagen de la Virgen. 

Según la fuente, la sangre comenzó a aparecer después en el altar y a derramarse de otras figuras religiosas del recinto.

Publicidad

El fenómeno recuerda al ocurrido en 2002 en la pequeña parroquia de Rockingham, un barrio de Perth, donde los feligreses afirmaron que una estatua de la Virgen lloró durante seis meses. 

Una investigación independiente concluyó que las lágrimas eran aceite mezclado con una sustancia con olor a rosas, aunque no desveló si se trató de una manipulación humana.