Un franciscano italiano, fray Pier Battista Pizzaballa, tomó posesión ayer del cargo de Custodio de Tierra Santa, en sustitución de Giovanni Battisteli, quien ha permanecido en el puesto durante los últimos seis años, según informó ayer una fuente religiosa de ese país a los medios de comunicación locales.

Con mitra y anillo, Pizzaballa, de 39 años, entró en solemne procesión desde la puerta de Jaffa al convento franciscano de San Salvador en Jerusalén en la ciudad vieja, acompañado por los representantes de todas las comunidades cristianas en Tierra Santa.

El nombre de Pizzaballa apareció en la segunda votación realizada entre los frailes de Tierra Santa, junto a los del español fray Artemio Vítores y al del también italiano Michele Piccirillo, sin que haya trascendido el número de votos que obtuvo cada uno, ya que el voto fue secreto.

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La terna pasó después a Roma; al General de los franciscanos, luego a la Congregación para las Iglesias Orientales y a la Secretaría de Estado del Vaticano, que dio la aprobación definitiva para el nombramiento del fray Pier Battista Pizzaballa.

El Custodio es el superior general de todos los franciscanos de Tierra Santa, que cuenta con unos 350 frailes repartidos entre Israel, Palestina, Siria, Líbano, Jordania, Egipto, Chipre, Rodas (Grecia) y conventos en Washington, Buenos Aires, Roma, Nápoles, Palermo y Madrid.

La Custodia de Tierra Santa es la encargada por la Santa Sede de la guardia de los Santos Lugares o lugares bíblicos fundamentales, como los del Santo Sepulcro de Jerusalén, y los de Belén o Nazaret, entre otros. 

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Además, es responsable de todas las parroquias y escuelas de Jerusalén, Belén, Nazaret, Jericó, Jaffa y San Juan de Acre, a los que acuden, en su mayoría, palestinos católicos cuyo número se encuentra en franca regresión.

Trayectoria
En tiempos de las Cruzadas, el fundador de la orden franciscana, San Francisco de Asís, arribó a las costas de Tierra Santa en 1219, y se cree que se entrevistó con tal éxito con el sultán Abdel el Kamel que de él obtuvo permiso para que “los frailes de la cuerda” estuvieran presentes en todos los territorios de Oriente Medio.

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Los frailes franciscanos permanecieron solos en Tierra Santa hasta 1847 en que se restaura al Patriarca Latino, quien ostenta el título de obispo de Jerusalén.

A pesar de una mayoría de frailes de procedencia italiana, fue históricamente la Corona de España la que financió la Custodia y el cuidado de los Santos Lugares hasta la Desamortización de Mendizábal de 1836.

El italiano Pier Battista Pizzaballa, siguió los cursos de estudios bíblicos en Jerusalén y es doctor en lenguas semíticas por la Universidad Hebrea.

El nuevo Custodio ha traducido los textos litúrgicos de la misa al hebreo, por lo que fue responsable de la pequeña comunidad católica de lengua hebrea en Jerusalén, y asistente del obispo católico de lengua hebrea, monseñor Jean Batista Gurión.

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