Los niños esperaron la llegada del presunto sacerdote Fidel Segundo Quishpe, frente a la Catedral Metropolitana, pero el sujeto no apareció.

Según la Policía, Quishpe vendió por adelantado los servicios sacramentales, por los cuales cobró 25 dólares por cada primera comunión y 5 dólares por la confirmación.

El individuo, que supuestamente se presentó ante los feligreses como párroco de la iglesia de la Basílica, está detenido en forma preventiva, pero aún no ha sido denunciado por los engañados, indicó la Policía.
 

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