La renuncia de Mauricio Pozo al ministerio de Economía es negativa en el corto plazo para el gobierno del presidente Lucio Gutiérrez, pero los efectos se disiparán con la rapidez con que éste pueda trabajar armoniosamente con el ministro sucesor, dijeron este martes dos analistas estadounidenses. 
 
"La renuncia es algo que se esperaba", declaró Miguel Díaz, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS). "Se ha estado hablando de ella durante meses y su impacto no creo que sea terriblemente desestabilizador". 
 
Jan Dehn, del banco de inversiones Credit Suisse First Boston (CSFB), dijo que creía que la renuncia se debía "más al cansancio de Pozo que a desavenencias con el presidente, ya que Pozo ha servido tres veces más tiempo que el promedio para un ministro de finanzas en el país". 
 
Pozo renunció en momentos en que Ecuador y el Fondo Monetario Internacional dialogaban sobre un acuerdo stand-by de 12 meses que pudiera servir al gobierno como escudo en negociaciones futuras en el mercado de capitales, ya que Pozo no tenía planes para girar sobre el monto concedido. 
 
Pero, los tratos con el FMI frustraron a Pozo en gran parte del año pasado, en que el ministro apenas pudo girar unos 85 millones de dólares de un préstamo de 205 millones, debido a su incapacidad de cumplir compromisos pactados con el Fondo. 
 
Ese acuerdo expiró en marzo y Ecuador, que perdió esos fondos, está actualmente fuera de los mercados financieros debido a su falta de entendimiento con el FMI. 
 
Díaz dijo que aunque el reemplazante de Pozo, que antes ejerció la presidencia del Banco Central Mauricio Yépez, es "sumamente competente, carece de figuración en los mercados financieros y las instituciones multilaterales de Washington". 
 
"Yo no creo que (la renuncia) descarrile a Ecuador de los buenos senderos económicos", dijo en una entrevista. "No hay información pública sobre lo que está ocurriendo entre Ecuador y el FMI, pero hasta donde se sabe los ecuatorianos han estado cumpliendo muchos de los objetivos pactados". 
 
Dehn dijo en un comentario escrito que consideraba a Yépez como "un economista que continuaría las políticas fiscales ortodoxas de Pozo y las conversaciones con el FMI". 
 
 Pero, hizo notar que la renuncia de Pozo era negativa para Ecuador debido a que el tiempo en que Gutiérrez y Yépez se conozcan significará "incertidumbre económica en el corto plazo para el país". 
 
Dehn dijo que en el pasado fin de semana el entorno político ecuatoriano   se deterioró aún más con la renuncia de otro ministro, el de Agricultura Salomón Larrea, y los temores de que Gutiérrez estaría albergando planes para disolver el Congreso y gobernar autoritariamente.