Bolivia intentará demostrar hoy que su reducto a 3.640 metros sobre el nivel del mar sigue siendo para temer cuando reciba a un Paraguay que tiene en la mira adueñarse de la cima en la eliminatoria sudamericana al Mundial del 2006.

El ambiente en Bolivia, donde Ramiro Blacut se estrena como técnico, es bastante frío debido a que no se cicatriza la herida dejada por la caída 2-0 en casa ante Chile, su acérrimo rival en esta parte del continente, en la última fecha.

Bolivia le apostará a lo que mejor funciona en la altura: presionar con velocidad desde el silbatazo inicial. La esperanza verde se alimenta del poder de fuego de sus delanteros Joaquín Botero (goleador mundial) y José  Castillo.

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“Espero que esa dupla funcione”, afirmó Blacut, quien en Ecuador dirigió a los clubes Aucas, El Nacional y Deportivo Cuenca, y ahora asumió la dirección técnica de Bolivia tras la renuncia del uruguayo-chileno Nelson Acosta.

Paraguay tomó bien en serio su juego de hoy, con un periodo de aclimatación en Bolivia, donde llegó el 13 de mayo a Sucre, cuya altura es de 940 metros menos que la de La Paz.

Según el preparador físico Juan Carlos Tavarelli, los resultados son sorprendentes, pero sí le preocupaban Roque Santa Cruz, Salvador Cabañas y Carlos Gamarra, quienes recién llegaron ayer a Bolivia.