Los estadounidenses celebraron ayer el Día de los Caídos en Guerras o Memorial Day, con un significado especial debido a la guerra en Iraq.

Deb Granahan nunca le dio importancia a este día y para ella era solo un día feriado para aprovechar las ofertas de centros comerciales y comer un asado en familia. Hasta que su hijo, el soldado Anthony D Agostino, muriera en Iraq al ser derribado su helicóptero el pasado 2 de noviembre.

Las encuestas muestran que el apoyo a la guerra contra Iraq, con más de 800  muertos, se evapora y muchas personas se preocupan por el aumento de la amenaza terrorista contra los estadounidenses.

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El presidente de EE.UU., George W.  Bush, colocó ayer una ofrenda floral ante la tumba del soldado desconocido en el  cementerio militar de Arlington y resaltó el valor de los combatientes en Iraq.