En el sur de la capital el ambiente  es diferente al resto de la ciudad con respecto al evento de belleza que se desarrolla hasta hoy  aquí.

En ese sector no se ejecutaron obras de embellecimiento por la llegada de las reinas ni se programó ninguna actividad en la que pueda participar el público al aire libre.

Las candidatas están hospedadas en el sector norte, desde donde se movilizan al aeropuerto, al lugar de la elección y a otros sitios también ubicados hacia el norte.

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Avenidas como la Amazonas, Francisco de Orellana, Los Shyris y otras de esa zona de la ciudad fueron mejoradas en aceras, bordillos y parterres centrales o están embanderadas, por la presencia de las 80 misses.

El cerramiento de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, que siempre lo usaron los grafiteros como una de las principales pizarras para plasmar sus mensajes, está ahora muy bien pintado. En ese lugar se realizó la elección del mejor traje típico.

Mejoras similares se observan en el Centro Histórico, donde las candidatas participaron en un desfile de carrozas el domingo 23 de mayo.

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Habitantes del sur dicen que sienten que una vez más no se los tomó en cuenta.

La limpieza de calles no mejoró como en otros sectores y la mayoría de paredes sigue sucia y garabateada con grafitos como: MISS niños con hambre, MISSeria o MISS treguas políticas. Este tipo de frases también se leen en avenidas como  Gran Colombia o Diez de Agosto, en el centro.

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Los que sí muestran un mejor aspecto son los buses del trole (sistema de transporte masivo) que llegan hasta el sur. Las unidades se pintaron o mejoraron, al igual que las estaciones y paradas, donde se colocaron afiches que informan sobre el certamen.

“Solo sabemos que el concurso es en Quito por el trole y la televisión, ya que por acá no pasean a las reinas”, dice María Naranjo, quien agrega que la última obra de embellecimiento en el sector fue el redondel de la Villaflora, inaugurado en diciembre pasado.

Otro ciudadano, que pidió no mencionar su nombre, cree que el sur no tiene mayores cosas que mostrar, “vivo acá pero hay que ser realista, para qué traer a las reinas si no tenemos nada bonito que puedan ver”, señala.

 

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