Las autoridades brasileñas reanudaron este lunes las negociaciones con reos amotinados en una cárcel de Río de Janeiro, que mantienen a 23 personas como rehenes luego de ejecutar a un guardia, dijeron funcionarios.
 
"No hubo cambios en la situación, continúan las negociaciones y los internos tienen a 23 personas como rehenes", entre guardias y funcionarios de la prisión, dijo a Reuters Mario de Silveira, portavoz de la Secretaría de Seguridad de Río de Janeiro.
 
Cientos de los alrededor de 800 reos de la Casa de Custodia de Benfica se amotinaron el sábado, luego que 14 reos lograron escapar de la cárcel tras un tiroteo con los guardias, resultando cinco internos y cuatro policías heridos. Tres de los fugados fueron arrestados más tarde por la policía.
 
Los amotinados mataron de un balazo el domingo a uno de los guardias que habían tomado como rehén, disparándole por la espalda, según las autoridades. Otros dos cautivos fueron dejados en libertad porque necesitaban atención médica.
 
Los reos, que tomaron un ala de la cárcel, no presentaron otras demandas concretas salvo que "se separen a las bandas rivales que están mezcladas dentro de la prisión", dijo De Silveira, quien inicialmente descartó que se aceptara un traslado de reos.
 
Thiago Fontoura, un portavoz de la Secretaría de Prisiones, dijo que "la situación es tensa y no se puede descartar un asalto", en caso de que fracasen las negociaciones.
 
Las negociaciones están a cargo del Batallón de Operaciones Especiales de la Policía Militar, que rodeó la cárcel junto a efectivos de la Policía Civil, dijo el portavoz Da Silveira.
 
Los reos amotinados, temiendo una irrupción de la policía, extendieron un cartel fuera de la prisión con la leyenda "no van a hacer de esta casa de custodia lo que hubo en Carandirú", aludiendo a una masacre de 111 reos por la policía en esa cárcel en 1992.