Una de las cosas que hace que la represión policial no sea efectiva contra la delincuencia, es el hecho de no emplear estrategias adecuadas.

Por ejemplo, el asalto a las unidades de transportación masiva de pasajeros en la ciudad, es pan de cada día y, en muchos casos, con resultado de víctimas mortales.

Esos actos son ejecutados por delincuentes generalmente disfrazados de vendedores, o mezclados entre los usuarios del vehículo. Y si ven a la patrulla policial rondando el sector, lógicamente no realizan sus fechorías y buscan un sector donde no exista vigilancia, ya que esta no se puede dar en toda la ciudad, pues el número de agentes es insuficiente o estos no cumplen a cabalidad sus funciones.

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Los miembros policiales deberían viajar vestidos de civiles en las unidades, y actuar en forma sorpresiva al igual que los antisociales, procediendo a repelerlos.
Ab. Alberto Bartels Zevallos
Guayaquil

Habiéndose demostrado hasta la saciedad que las soluciones intermedias, cuando existe cálculo político, no son soluciones duraderas, como es el caso de utilizar policías armados en cada transporte público, si el número de elementos no alcanza a cubrir a todo el parque automotor público; además, pueden ultimar a uno de ellos y sustraérsele el arma.

El problema de los vendedores en los transportes públicos y los vejámenes por el mal trato que sufren los pasajeros,  hace imprescindible tomar medidas drásticas,  prohibiendo la subida de personas que deseen realizar actividades comerciales, religiosas o circenses; e imponiéndole multas al conductor si este lo permite.

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En esto deben estar de acuerdo la Comisión de Tránsito, la Policía Nacional y la Defensoría del Pueblo, porque los afectados son todos los usuarios de la transportación pública.
Roberto Arce
Guayaquil

Poner policías en los buses urbanos es lo mejor que se ha hecho en Guayaquil, pero si ellos no están bien armados, eso no funcionará.

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Deberían instalar cámaras en cada bus (ya sean locales o los que viajan a provincias), eso ayudaría a identificar a los ladrones. Acá en Estados Unidos cada unidad tiene cámaras conectadas con las patrullas y además, teléfonos y radios transmisores para usarlos en casos de accidentes o asaltos. De esa manera se frena la violencia. Esa técnica es vigilada minuto a minuto los siete días de la semana por la policía.

También se podrían poner cámaras y alarmas en los semáforos y en las calles, como se lo hace en este país, por eso quien mata o comete otro delito, llega a ser detectado gracias a esos aparatos.
Manuel Palchisa
Minnesota, EE.UU.