Un motín iniciado hace dos días en la  cárcel Casa de Custodia de Benfica, al norte de Rio de Janeiro, tuvo este  domingo un desarrollo violento, con la muerte de un guardia que fue disparado  por los amotinados, que aún mantienen 22 rehenes bajo su custodia. 
 
La situación se tornó especialmente tensa en la tarde del domingo, cuando  los amotinados dispararon por la espalda a uno de los rehenes, que murió de  camino al hospital, informó a la AFP una portavoz de la Secretaría de Asuntos  Penitenciarios. 
 
Los amotinados mantienen a 22 rehenes en la cárcel, que había sido  inaugurada hace apenas un mes y que acogía a 900 presos. 
 
Las negociaciones fueron interrumpidas cuando se conoció la muerte del  rehén, y serán reemprendidas en la mañana del lunes, informó la portavoz. 
 
Uno de los rehenes está amarrado a los barrotes de una celda y a un  botellón de gas, informó el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del  parlamento regional, Geraldo Moreira, según la agencia Globo. Este declaró que  la mayor dificultad para negociar es que falta un líder entre los amotinados. 
 
El motín se inició tras una espectacular fuga de al menos 14 presos en la  madrugada del sábado, en medio de un tiroteo con los guardias del centro y  posteriormente con la policía que intentó frenar el escape. Cuatro policías  resultaron heridos, ninguno grave. 
 
Los presos que no pudieron huir, fuertemente armados, iniciaron un motín, y  tomaron 26 rehenes, principalmente guardias. 
 
Dos de los rehenes fueron liberados en la tarde del sábado, a cambio de que  cinco presos que habían sido heridos fueran llevados al hospital. Otro rehén  fue liberado en la mañana del domingo, y un cuarto falleció tras ser disparado.  En total, 22 rehenes continúan en el penal. 
 
Informaciones de prensa indicaron inicialmente que la fuga había sido  masiva, de unos 100 presos. Aunque las autoridades carcelarias indicaron que  son menos, el número definitivo no se conocerá hasta que se retome el control  del presidio. 
 
Tres de los amotinados fugados fueron recapturados posteriormente. 
 
La fuga comenzó alrededor de las seis de la mañana, cuando unos veinte  hombres armados habrían ayudado en la fuga, con un espectacular intercambio de  disparos con la policía, que llegó a una de las principales vías de la ciudad y  de acceso al centro de Rio, la avenida Brasil.