Un joven fue condenado por orquestar su propia muerte en internet mediante una trama inspirada en James Bond, que incluía promesas de sexo por parte de una falsa mujer espía.

El joven de 14 años convenció por internet a otro adolescente, de que era una mujer espía que le prometía sexo y su entrada en el servicio secreto si asesinaba a un joven, que al final era él mismo.