Un total de 241 internos de la penitenciaría continúan en Cuarentena por
el rebrote del mal.

Las brigadas médicas del Ejército y el Centro de Salud de Pascuales acudieron ayer, en la mañana, a la Penitenciaría del Litoral para suministrar la segunda dosis de tabletas a los internos y visitas con el fin de prevenir el contagio de la meningitis grupo Y, para la cual no hay tratamiento y es mortal.

“Muchas gracias, por lo menos esto nos va a proteger”, dijo el interno del pabellón 1 Bajo, Pedro Tasi, cuando ingirió la pastilla de ciprofloxacino que evita el contagio de la meningitis, y que le entregó Roberto García, uno de los brigadistas del Ejército que acudió ayer a la cárcel para la entrega de medicinas.

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La presencia de los médicos fue bien recibida por los presos, quienes expresaron su temor por el rebrote de la enfermedad, tras la muerte del reo Marlon Villamar Burgos, el pasado 21 de mayo, quien se encontraba recluido en el pabellón de Cuarentena.

“Limpiaron, fumigaron y hoy entregaron las medicinas”, señaló uno de los presos, quien no reveló su nombre y aún permanece aislado, junto a otros 240 internos, en Cuarentena, “hasta cuando el departamento médico considere”, según indicó Abel Jiménez, director de la cárcel.

Un total de 3.360 tabletas entregaron los médicos y auxiliares a los presos de los 18 bloques del centro carcelario, entre las 07h00 y 09h30. “Iniciamos temprano antes que llegaran las visitas”, sostuvo Segundo Vallejo, médico del policlínico de la cárcel.

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Fausto Montenegro, médico encargado de la brigada, indicó que el Ejército entregó 250 dosis de las tabletas y administró también las pastillas entregadas por la Dirección Nacional de Rehabilitación Social (DNRS).

La entrega de medicamentos a los presos inició la tarde del viernes pasado, en el centro carcelario, en donde también se realizó una minga de limpieza con la participación del Cuerpo de Bomberos, Medicina Tropical, Interagua, Defensa Civil y Malaria.

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“Solo realizaron una limpieza rápida, tienen miedo que les vayamos a hacer algo, somos seres humanos y apoyamos porque es por nuestro bien. Estas mingas deben realizarse unas dos veces al mes”, pidió el reo Pedro Tasi, mientras señalaba los montones de basura con agua acumulados en los rincones.

“Está bien la labor y debe ser más seguido, pero lo más importante es mejorar la infraestuctura. Aquí en el pabellón de Buen Samaritano habemos 349 internos, distribuidos en 7 calabozos, en donde hay de 70 a 80 personas y ahí se originan las enfermedades, sobre todo tuberculosis”, indicó un reo que no se quiso identificar.

Visitas
Desde las 10h00 un grupo de 30 médicos y auxiliares del Dispensario de Salud de Pascuales, se ubicó al ingreso de las cárceles de varones y mujeres, en donde entregaron las tabletas contra el contagio de la meningitis grupo Y, mientras a los niños pequeños hasta los 14 años se les administró una cucharadita del jarabe Rifampicina, explicó la brigadista, Glenda Martínez.

Los brigadistas también aprovecharon para aplicar vacunas contra la rubeola y sarampión a los visitantes.

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Amelia Alvarado, directora de la cárcel de mujeres, indicó que las internas del centro no recibieron las píldoras preventivas, mientras sus familiares si las tomaron.