Como de costumbre, las oficinas del ex abogado de coactivas de la Agencia de Garantía de Depósitos (AGD), Bolívar González, ubicadas en las inmediaciones del Congreso Nacional, en el centro norte de la ciudad, abrieron sus puertas a las 08h00.

En compañía de su asesor Ángel Gende y dos guardaespaldas, una hora y media más tarde, llegó el nuevo ministro de Bienestar Social, Antonio Vargas. Vestido con una chompa negra, una camiseta y unos pantalones jean, ingresó al despacho que le prestó González.

“Ellos son panas (Vargas y el presidente, coronel Lucio Gutiérrez), no necesariamente hay interés político de por medio”, dijo Carlos Curi, uno de los guardaespaldas de Vargas, al referirse a la designación, mientras lo esperaba sentado fuera del despacho.

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En la oficina, Vargas se reunió con el coordinador de la Asociación de Ganaderos de la Sierra, Gabriel Espinoza, con quien dialogó sobre un proyecto de entrega de leche para cerca de un millón de niños de las provincias del centro del país.

A los pocos minutos, González le prestó su chaqueta para que el ex presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador y aliado del Jefe de Estado en el golpe que derrocó a Jamil Mahuad el 21 de enero del 2000, apareciera ante los medios de comunicación. Vargas manifestó que una vez que se posesione en el cargo el lunes próximo, reorganizará todo su equipo de trabajo. Manuel Chugchilán y Ángel Gende ocuparán las subsecretarías.

Pese a que indicó que no conoce los programas del ministro saliente, Patricio Acosta, dijo que su objetivo es “pagar la deuda social”.

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Vargas aseguró que no le preocupan las críticas del presidente de la Conaie, Leonidas Iza, o la descalificación de su movimiento Amauta Jatari de las listas del Tribunal Supremo Electoral (TSE).