Encargo

No me des tregua, no me perdones nunca.
Hostígame en la sangre,  que cada cosa
cruel sea tú que vuelves/.

¡No me dejes dormir,  no me des paz!
Entonces ganaré mi reino,
naceré lentamente.
No me pierdas como una música fácil,  no
 seas caricia ni guante/;

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tállame como un sílex,  desespérame.
Guarda tu amor humano,  tu sonrisa,  tu
 pelo.  Dalos/.
Ven a mí con tu cólera seca de fósforo y
  escamas/.
Grita. Vomítame arena en la boca,
rómpeme las fauces/.
No me importa ignorarte en pleno día,
saber que  juegas cara al sol y al hombre.
Compártelo.

Yo te pido la cruel ceremonia del tajo,
lo que nadie te pide:  las espinas
hasta el hueso.  Arráncame esta cara
infame/,
oblígame a gritar al fin mi verdadero
nombre/.
Julio Cortázar (Bruselas,  1914 - París 1984)
Del libro Algunos pameos y otros prosemas. Plaza & Janés editores, 1999

Ni crimen de plomo
Ni justicia de pluma
Ni viva de amor
Ni muerta de deseo.
Ella está serena indiferente.
Se siente orgullosa de ser fácil
Los gestos se esconden en los ojos
De aquellos que la inquietan.
Ella no puede estar sola
Se corona de olvido
Y su belleza encubre las horas
Precisas para no ser nadie.
Ella va por todas partes pregonando
Canción monótona e inútil
La forma de su rostro.
Paul Eluard (Saint-Denis, 1895 - Charenton-le Pont, 1952) 
Del libro El amor y la poesía.
Editorial Visor Libros,  1997.

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Tempo
Temible ironí
esta necesidad de nombrarte
desde la página en blanco
de una escritura furtiva
donde se ausenta el placer.
En este viaje de arena
por la ciudad inventada
bajo los acordes de un tango
una danza confiesa
el vértigo del bandoneón.
Son las voces de nuestros cuerpos
rescribiendo en la ría
la confabulación de un enigma
que traduce antiguos goces
temperados en soledad.
Maritza Cino Alvear (Guayaquil, 1957)
Poema inédito.