Profundo, emotivo, solemne, seductor. No hay una manera precisa para definir al sonido del cristal baschet, de este instrumento que luce como un xilófono y que al ejecutarlo las notas quedan vibrantes, como suspendidas en el lugar en el que es escuchado.
El público de Guayaquil fue partícipe, el jueves pasado, de un concierto ofrecido por el que –muy probablemente– es el más destacado ejecutante de este instrumento, el francés Michel Deneuve, quien actuó con su coterráneo, el violinista Richard Axon.
Para que el cristal baschet emita sonidos, el ejecutante debe acariciar con sus dedos las varillas de vidrio que posee. Los creadores del instrumento fueron Bernard y Francois Baschet, de cuyo apellido se derivó el nombre.
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Decir que la actuación de este dúo fue buena, es calificarla de manera superficial. Lo que se presenció fue un recital de alta calidad, en el que la técnica instrumental estuvo como una constante, y en donde la capacidad interpretativa de los músicos desencadenó aplausos sostenidos.
Interpretaron temas de autores como Haendel, Bach y Marcello; además de otros cuya autoría pertenece a Deneuve, en los que se evidenció que este francés conoce a tal punto el cristal baschet que sus composiciones hacen que su instrumento se luzca en todas sus potencialidades.
El concierto fue sobrio, sin pretensiones por parte de los músicos, a pesar del gran talento de ambos. El auditorio del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo fue el escenario del espectáculo.