El ministro de Gobierno, Raúl Baca Carbo, y el comandante de la Policía, Jorge Poveda, se reunieron ayer, durante cerca de cuatro horas con el Alto Mando militar en las oficinas del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas ecuatorianas, en el Ministerio de Defensa.

La cita se efectuó inmediatamente después de que el Alto Mando, Baca y Poveda despidieron a las 09h00 al presidente de la República, coronel Lucio Gutiérrez, quien partió a Guadalajara (México) para intervenir en la III Cumbre de Jefes de Estado de América Latina, el Caribe y la Unión Europea.

En la reunión participaron el ministro de Defensa, Nelson Herrera; el jefe del Comando Conjunto, Octavio Romero; el comandante del Ejército, Luis Aguas; de la Marina, Víctor Hugo Rosero; y de la FAE, Ángel Córdova.

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Según el vocero del Ministerio, coronel Édison Narváez, la reunión fue convocada con anticipación para analizar la coordinación entre la fuerza pública y la seguridad ciudadana.

Narváez sostuvo que no se discutió sobre el levantamiento que anunció la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) para los días en que se desarrollará la Asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA).

En la noche, Baca descartó que la reunión haya sido para tratar la situación política del país. “Las Fuerzas Armadas garantizan la soberanía del país y no tendrían razón para intervenir en actos de la Legislatura, la Policía y el Ministerio de Gobierno”, dijo.

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“No creo que un tema como el que se vivió en los últimos días entre los diputados Renán Borbúa y León Febres-Cordero sea motivo para hablar de causales de abandono y de destitución del Presidente de la República; esto me parece improcedente, absurdo y peligroso”, afirmó.

“Una riña que podría haber sido riña callejera no puede convertirse en un tema político para producir un desequilibrio de la democracia ecuatoriana”, señaló.