Los internos en Cuarentena no han recibido, desde hace dos días, la medicina para prevenir contagio.

Moscas, basura y olores nauseabundos rodeaban al pabellón de Cuarentena de la Penitenciaría, la mañana de ayer, en donde permanecen aislados desde el viernes de la semana pasada 241 internos, tras la muerte del reo Marlon Villamar Burgos por meningitis.

“Pedimos a las autoridades que por favor se solidaricen con los internos por la epidemia que se nos puede presentar”, dijo Marcos Alemán, presidente del Comité de Internos de la Penitenciaría.

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En el área de Cuarentena, los internos apenas tienen espacio para moverse, y desde el techo cuelgan largos cordeles, en donde tienden su ropa. En el piso algunos coreaban cantos religiosos y otros desde las rejas pedían a gritos las vacunas para salir. “No podemos recibir visitas, la comida nos la dejan en la puerta, no podemos hablar con nadie y esas tabletas solo nos dieron hasta el lunes”, señaló el reo Juan Pedro Morán.

“Aquí están 241 internos, nadie puede salir ni ingresar desde el viernes pasado, porque de aquí salió el interno que falleció y se comprobó que tenía meningitis, entonces el virus está aquí; necesitamos las vacunas, porque nos dieron solo unas tabletas para prevención por 72 horas”, sostuvo Alemán.

El dirigente recordó que recibieron la última vacuna cuando ocurrió el primer brote de meningitis en el 2001, y alertó del riesgo de un contagio masivo. “En la actualidad más del 50% no está vacunado, necesitamos que urgentemente nos vacunen”, acotó.

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“Somos alrededor de 3.200 internos, con un promedio de dos visitas cada uno, hablamos de cerca de 7.000 personas que vienen al centro que se pueden contagiar y pueden propagar afuera”, reveló.

Carlos Bastidas, médico del policlínico, señaló que producto del hacinamiento y trabajos en ese local, 39 reos enfermos de sida y tuberculosis permanecen junto a otros enfermos. “Trabajamos cerca de los enfermos infectocontagiosos, nos autoprotegemos, pero compramos nuestras mascarillas porque aquí no hay nada, ni medicinas”, afirmó la odontóloga Lilia Amoroso.

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