El diputado de SP se presentó ayer ante el Comité de Excusas y Calificaciones para defenderse.

Quince minutos se tomó ayer el diputado Renán Borbúa para presentar las pruebas de descargo en el proceso de investigación del Comité de Excusas y Calificaciones sobre su supuesto trámite de gastos públicos en el gobierno de su primo, el coronel Lucio Gutiérrez.

La diligencia se realizó a las 09h15 en el auditorio del antes Banco Central. Ahí Borbúa leyó un papel y dijo que los documentos que presentó el diputado León Febres-Cordero (PSC) fueron adulterados y constituyen fotocopias simples. Argumentó que el Comité de Excusas no puede reabrir un proceso de investigación cuando el caso fue archivado el 3 de julio pasado, y además, constitucionalmente, ninguna persona puede ser juzgada dos veces por el mismo caso.

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Advirtió que el Comité no puede servir para presionar y mantener amordazado a cualquier legislador, o para perseguir a diputados valientes que “no estamos dispuestos a tolerar el abuso y chantaje políticos”. Aprovechó su discurso para indicar que el presidente del Comité, Hugo Ruiz (ID), “está mostrando docilidad” frente al caso de Febres-Cordero, quien, aseguró, debe ser juzgado con la misma vara.

A los 7 minutos de iniciada la diligencia, su intervención tomó un giro distinto. Borbúa se exaltó, se levantó del asiento para mostrar unas fotocopias de su casa, en la exclusiva zona de la vía a Samborondón, y negar que sea una mansión adquirida irregularmente. Febres-Cordero denunció, el pasado 17 de abril, que Borbúa compró una casa en 500 mil dólares en mayo del 2002.

Seguidamente sacó una fotografía a color de una residencia pintada en azul y mostró a la sala: “No crean que esta mansión es de Michael Jackson, que es de Hollywood; esta mansión es de Michael, pero Orellana”. Levantó la voz para contar los doce carros estacionados en la residencia. Además, preguntó: “¿En qué ha trabajado Miguel Orellana para tener una casa así?”.

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Sus asistentes, nerviosos, se movían con la fotografía de un lado a otro del auditorio, mientras que colaboradores socialcristianos, que se confundieron entre periodistas y seguidores de Borbúa, anotaban las denuncias.

Borbúa, exaltado y sudoroso, señaló que Febres-Cordero se ha convertido en un “vulgar tramitador de recursos del Estado, son 30 millones de dólares pedidos para beneficiar a un solo cantón, cuando el año pasado la obra no costaba más allá de 17 millones”.

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Agregó que Febres-Cordero ha pretendido convertir al Fondo de Solidaridad en una caja chica, “para satisfacer su ego personal y abrir la puerta de la corrupción”. A renglón seguido, dijo que alrededor del diputado del PSC “existe un círculo oscuro que está acostumbrado al manoseo de los contratos con el Estado, donde participan Xavier Neira (ex candidato presidencial) y el yerno de Febres-Cordero, Miguel Orellana”.

Su intervención terminó, pero no presentó la prueba de descargo sobre el puesto diplomático de su hijo Alfonso Renán Borbúa Cerón en Houston, Estados Unidos. Esa pregunta la respondió a la prensa e insistió en su inocencia, cuando eran las 09h31.

Una hora más tarde, el diputado Alfonso Harb (PSC), en una rueda de prensa, mostró un documento de la Cancillería donde supuestamente Borbúa gestionó el cargo para su hijo. También insistió que Borbúa dio una tarjeta de recomendación a María José Paz Chang y que fue presentada al vicepresidente de Petrocomercial Sur. Hay razones suficientes para descalificar al diputado Borbúa, sostuvo.

Mientras tanto, hoy a las 10h30 está previsto que Borbúa comparezca ante el Comité de Excusas para presentar los alegatos por el pedido de levantar su inmunidad parlamentaria por parte de la Corte Suprema de Justicia para iniciar un juicio por injurias que le planteó Xavier Neira.

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