La entrega de la condecoración José Joaquín de Olmedo que hará esta noche la Junta Cívica de Guayaquil a don Antonio Pino Ycaza, posee toda clase de merecimientos porque el galardonado acumula una larga y fructífera trayectoria en favor de la ciudad y de sus habitantes, como empresario idóneo, filántropo activo y celoso guardián de los derechos históricos y políticos de la tierra de sus ancestros y sus descendientes.

De palabra fluida, amena y sentenciosa, cuyo tono suele elevar cuando refuerza alguna idea, habla con entusiasmo de su  añoranzas y anécdotas, acompañándolas con una amable sonrisa.

Don Antonio, uno de los catorce hijos que trajeron al mundo el historiador José Gabriel Pino Roca y doña Dolores de Ycaza Bustamante, repite con frecuencia que de su padre heredó la rectitud de procedimientos y de su madre la preocupación por servir al prójimo. Y precisa que ambos principios los ha puesto en práctica toda la vida.

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Al referirse a sus casi 70 años de actividad empresarial, rememora sus estudios de Comercio en el colegio Vicente Rocafuerte y su primer trabajo en la Sociedad Comercial Anglo Ecuatoriana, empresa que dejó para abrir su propio negocio –la cría de pollos–.  Los planes no resultaron y por eso  optó por regresar a su anterior empleo, en el que los ingleses le exigían pero lo trataban bien, explica.

Cuando en 1936 se independizó definitivamente e inauguró la empresa Antonio Pino Ycaza & Cía., que tenía la representación de acreditadas marcas de llantas, baterías, montacargas y otros artículos que hasta ahora distribuyen sus almacenes.

Pero no solo la actividad comercial y empresarial es la que le ha permitido aportar al desarrollo de la ciudad y el país, sino su gestión en la militancia de instituciones guayaquileñas, como la Comisión de Tránsito del Guayas, Comité Ejecutivo de Vialidad del Guayas, Honorable Junta de Beneficencia de Guayaquil,  Cámara de Comercio de Guayaquil.

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También realizó actividades de servicio social, pues fue miembro fundador de la Fundación Cardiológica de Corazón a Corazón, Hogar de Cristo y Sociedad de Lucha Contra el Cáncer (Solca), entre otras. Asimismo, con su amigo Guillermo Arosemena Coronel fundó el Club de Automovilismo y Turismo del Guayas y fue presidente fundador de la Asociación Nacional de Turismo Automotriz (Aneta).

Casado en 1936 con doña María Vernaza Robles, la compañera de quien quedó viudo  hace tres años,  relata cómo la conoció desde muy pequeña y el amor que se profesaron como novios y esposos, y de sus  cuatro hijos que  le han dado cuatro nietos y nueve bisnietos.

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Nació el 10 de abril de 1911 y ahora Antonio Pino Ycaza añora el Guayaquil de antaño y sus costumbres, aunque está orgulloso del progreso que muestra la ciudad en la actualidad. Se regocija al hablar de sus visitas al American Park y la única vez que se bañó en las cristalinas aguas del Salado, al concluir  unas clases en el ‘Vicente’ y avanzó hasta ese lugar sin el permiso de sus padres.

Admirador de José Joaquín de Olmedo y  Winston Churchill, entre otras figuras nacionales y del mundo, está convencido de que el proverbial civismo de los guayaquileños se robustecerá para ser similar al de nuestros mayores,  donde además brillará como antes la solidaridad y ayuda al prójimo sin intereses mezquinos y solo con vocación de patria.