Ashcroft también dijo que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) está tras la pista de siete sospechosos de pertenecer a la red que estarían involucrados en los ataques.
El fiscal recordó los atentados perpetrados en Madrid el 11 de marzo pasado y la posterior retirada de tropas españolas de Iraq, e indicó que Al Qaeda “puede percibir que un ataque a gran escala contra EE.UU. puede conducir a consecuencias similares”.
Ashcroft y el director del FBI, Robert Mueller, presentaron ayer las fotografías de los siete sospechosos.
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La cumbre del Grupo de los Ocho en Georgia, así como las convenciones de los partidos Demócrata y Republicano en julio y agosto próximos, previas a la elección presidencial del 2 de noviembre, fueron mencionados como objetivos.
“Puedo confirmar que durante las últimas semanas recibimos continuos informes sobre la posibilidad de ataques en Estados Unidos”, declaró el secretario de Seguridad Interior, Tom Ridge, a la cadena de televisión NBC.
El nivel de alerta terrorista nacional se elevó desde las celebraciones de Año Nuevo, por temor a atentados como los del 11 de septiembre de 2001 perpetrados por la red Al Qaeda en Nueva York y Washington, en los que murieron casi 3.000 personas.
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Este fin de semana, en Washington se inaugurará el monumento que conmemora la Segunda Guerra Mundial, acto al que asistirá el presidente George W. Bush, y cientos de miles de personas.
El Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, con sede en Londres, evaluó en su informe anual publicado ayer en “más de 18.000 el número de potenciales terroristas que siguen en libertad, con reclutamientos masivos a causa de la guerra en Iraq”.
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