En un acto corto pero muy emotivo, el alcalde José Bolívar Castillo le entregó las llaves de la ciudad y la declaró huésped ilustre, en medio del aplauso eufórico de los asistentes.

Durante su intervención, y con una ligera garúa, Amelia agradeció el gesto de las autoridades lojanas y mencionó su complacencia por visitar esta urbe.  “Estoy encantada de  poder compartir con ustedes bajo esta agüita”, señaló.

A las 11h00 la reina mundial de belleza abordó un automóvil convertible para recorrer algunas calles de la ciudad, pero la falta de personal que acordone el vehículo no permitió en un inicio que la capota sea abierta.

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Amelia pidió a su cuerpo de seguridad que le permitan ser vista y, por  10 minutos, se abrió el convertible, lo que ocasionó el alboroto de quienes acompañaban el recorrido.

En su trayecto, Vega fue trasladada a un jeep con vidrios polarizados. El motivo, según dijeron sus guardaespaldas que no quisieron identificarse: la acumulación de gente alrededor del convertible.

En ningún momento el  rostro de la soberana dejó de dibujar una sonrisa que cautivó a niños, jóvenes y adultos que suspendieron sus labores diarias para volcarse a las aceras de la ciudad.

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Luego, la Miss Universo visitó la exposición de flores y artesanías que se mantiene en el edificio municipal.  En el salón de coordinación de la institución, Amelia dio una corta rueda de prensa y recibió “la alforja de la lojanidad” de manos del alcalde Castillo.

A las 12h00, Miss Universo junto a su comitiva abandonaron el palacio municipal por una de las puertas traseras y se trasladaron hasta el aeropuerto Camilo Ponce Enríquez, en Catamayo, para abordar el vuelo de retorno a la ciudad capital.

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El resto de actos en los que tenía previsto participar Amelia, entre los que se destacan  una visita a la tradicional avenida Lourdes y el lanzamiento del proyecto Teleférico (del que Vega iba a ser nombrada madrina honoraria) fueron suspendidos “por falta de tiempo”, señalaron los organizadores.