Casa de Maryland, un grupo de apoyo a los refugiados, pidió este miércoles al Departamento de Estado de Estados Unidos que investigue presuntos abusos cometidos en este país por diplomáticos extranjeros contra sus empleados domésticos.
 
También recomendó que niegue visados a los diplomáticos y otros extranjeros que violen repetidamente los derechos de los trabajadores.
 
"Definitivamente apoyamos cualquier cosa que (ese departamento) haga para mejorar el sistema" de contratación de empleadas domésticas por parte de miembros del cuerpo diplomático acreditado en EEUU, dijo hoy a EFE Flavia Jiménez, del Departamento Legal de Casa de Maryland.
 
Aseguró que en el caso de dos niñeras de Ecuador rescatadas recientemente de las viviendas de diplomáticos de ese país ante la Organización de Estados Americanos (OEA), sus empleadores habían violado supuestamente las normas salariales establecidas por el Departamento de Estado estadounidense.
 
Grupos de defensa de los derechos de los trabajadores efectuaron manifestaciones el martes frente a la misión de Ecuador y la embajada de ese país ante la Casa Blanca a fin de exigir justicia para Alexandra Santacruz y Germania Velasco, las empleadas afectadas.
 
Según Casa de Maryland, ambas niñeras trabajaban hasta 80 horas por semana, a cambio de 600 dólares cada mes, y tenían la obligación de cocinar, hacer la limpieza, lavar y planchar ropa, y efectuar otras labores domésticas.
 
Jiménez explicó que "evidentemente" los dos diplomáticos ecuatorianos estaban violando las normas del Departamento de Estado que establecen la paga de 6,72 dólares por hora de trabajo.
 
Indicó que, durante una entrevista con el embajador de Ecuador ante la Casa Blanca, Raúl Gangotena, éste "no se hizo responsable de nada para hacer justicia a Santacruz y Velasco".
 
Sin embargo, afirmó que Gangotena les sugirió empezar una demanda ante las autoridades laborales ecuatorianas a través del consulado de ese país en Washington y ofreció ayudar para que la cancillería de Ecuador contribuya a que esa demanda llegue ante las autoridades laborales de Quito.
 
 Este grupo considera que el Departamento de Estado juega un papel especial en este tema, dado que emite anualmente miles de visas que permiten a las empleadas domésticas trabajar para diplomáticos extranjeros y otros funcionarios de organizaciones internacionales destacados en EE.UU.
 
Sostiene que cuando se radican en EE.UU., algunos empleadores extranjeros dejan de pagar los salarios legales, confiscan el pasaporte a sus empleados y les amenazan con enviarlos de regreso a su país de origen