Sobre los “guardias” informales que aparecen en las calles, no puede ser que diariamente los guayaquileños que tenemos carro seamos extorsionados por estos individuos que se adueñan de las vías y exigen un “tributo” por permitirnos parquear el carro.

Parece que cualquiera que encuentre una calle en esta ciudad se puede adueñar de esta y ponerle obstáculos que impidan a los conductores parquearse en las zonas permitidas. Algunos tienen incluso la desfachatez de entregar tiques a cambio del tributo que exigen, como si eso solemnizara una especie de acuerdo o contrato de guardianía.

Si uno dice que no quiere “sus servicios”, simplemente no mueven los obstáculos o amenazan con rayarle el vehículo. ¿No es eso acaso una extorsión? ¿Cómo responderían estos “guardianes” si ocurre algo con los vehículos durante su “vigilancia”? ¿Qué garantías ofrecen de que por pagarles nuestros vehículos están “seguros”?

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Cuando pasa algo con el vehículo (choque, rayón, vidrios rotos, robo de  accesorios...) los “guardianes” desaparecen, y en muchos casos son ellos mismos los autores de esas fechorías.

¿Hasta cuándo tenemos que aguantar esto? Las calles solían ser públicas. Ahora son de estos delincuentes disfrazados. Exijo a las autoridades competentes más seguridad para circular en mi vehículo por mi ciudad.
Álex A. Almeida Campoverde
Guayaquil