La belga Justine Henin-Hardenne, defensora del título en Roland Garros, sufrió la derrota más amarga de su carrera al caer en la segunda ronda ante la italiana Tathiana Garbin, una modesta jugadora que vivió como pudo su mayor momento de gloria.
 
Henin, ganadora de los dos últimos torneos del Grand Slam, Abierto de Estados Unidos y de Australia, invicta en 15 partidos en el Grand Slam, número uno desde el 20 octubre del 2003, sucumbió ante Garbin, de 26 años y 86 del mundo, por 7-5 y 6-4, en algo menos de dos horas.
 
La jugadora belga no perdía en un grande desde las semifinales de Wimbledon el pasado año, y al ceder este miércoles en Roland Garros pasó a figurar en la historia del torneo parisino, como la segunda campeona que sale eliminada rápidamente al año siguiente, después de que la española Arantxa Sánchez Vicario ganase en 1989 y cediese a continuación en la segunda ronda ante la argentina Mercedes Paz.
 
Visiblemente dolida, la número uno del mundo confesó que tenía dificultades para hablar del partido y achacó la derrota a su mal momento físico y a que, posiblemente, había forzado de forma apresurada su vuelta al tenis tras sufrir una infección vírica que le había impedido jugar desde el pasado 10 de abril.
 
"Quería jugar este torneo por el que siento algo especial, pero quizá era pronto para volver", se justificó Justine. "Aunque algún día tenía que haberlo hecho", indicó.
 
"Es posible que me haya puesto unas metas muy altas en este torneo dado mi estado físico", aseguró la belga quien admitió que no fue capaz de sacar nada positivo, "ni el esfuerzo, ni la rabia, ni nada de lo que tengo en otras ocasiones", dijo.
 
Henin había iniciado esta edición con una victoria ante la francesa Sandrine Testud por 6-4 y 6-4, pero no salió convencida de su actuación. Además Garbín ya le había derrotado una vez, en Miami en el 2001, y era una prueba de fuego para ella. Los presagios se cumplieron cuando la belga prácticamente entregó el partido con sus propios errores: 30 no forzados, y diez dobles faltas.
 
"Todavía no me lo creo. Es la primera del mundo y ahora sólo pienso en lo feliz que soy", dijo Garbin que consideró esta victoria como la mejor de su carrera". La simpática jugadora de Mestre, que sólo ha ganado un título individual del circuito, en Budapest en el 2000, concitó la lógica atención de la prensa internacional, pero en su encuentro con los medios apenas pudo mostrar su alegría porque fue prácticamente "expulsada" de la sala principal de conferencias, ante la llegada de la francesa Amelie Mauresmo.
 
"Es una lástima que solo pueda disfrutar de la gloria durante dos minutos", señaló Garbin, que en una habitación contigua expresó luego que había dedicado el triunfo a dos amigos que fallecieron recientemente, Giancarlo Rotti, y Petrarca Gio, éste último en un accidente de tráfico mientras regresaba a su domicilio.
 
"Me di cuenta que podía vencerla de nuevo, porque estaba fallando mucho", dijo Garbin, que como el resto de la nueva sabia italiana, Francesca Schiavone, Farina Elia y Rita Grande, se definió como una gran luchadora.