Ecuador no tendrá a Alfonso Obregón, José Cevallos, Néicer Reasco y Edwin Tenorio, ante Colombia.

“Solo el pueblo me convencerá si me voy”, sentencia el DT de Ecuador, Hernán Darío Gómez, acaso porque ya escucha cerca de sí mismo –y con cierta nitidez– el inquietante ruido del serrucho. Herramienta que empuña la prensa cada vez que lo enfrenta con preguntas como “¿si pierde estos dos partidos se va...?”.

Así es como empieza a descomponerse la armonía de un proceso, así se promueve el resquebrajamiento de la fe. Lo peor es que se pone en duda la capacidad de un profesional altamente meritorio, el único que ha clasificado a dos selecciones sudamericanas a un Mundial. Que no fueron Brasil y Argentina, sino Colombia y Ecuador, tarea más espinosa. Es un tanto ingrato preguntarle “¿si pierde estos dos partidos se va…?” a un hombre que está haciendo bien su trabajo.

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A un DT que le dio al Ecuador la mayor alegría deportiva de su historia. A quien soportó hasta un intento de asesinato por resistir presiones en su cargo. Que se adaptó a la vida ecuatoriana, que cobra un salario lógico en relación a su prestigio y a lo que perciben sus colegas sudamericanos.

Esparcir la semilla de su despido (¡cuando van apenas cinco fechas de una Eliminatoria de 18…!) revela una profunda ingratitud y muy poca inteligencia. Su salida significaría darle el hachazo de los energúmenos a una labor paciente, ordenada y criteriosa.

Está perfecto que Real Madrid haya destituido a Carlos Queiroz. Teniendo a Raúl, Ronaldo, Zidane, Roberto Carlos, Casillas, entre otros, perdió la Copa del Rey con el Zaragoza (se salvó del descenso en la última fecha), fue eliminado de la Champions y quedó tercero en la Liga resignando 44 puntos en 38 jornadas. No hay duda que hizo mal su trabajo.

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El análisis de Ecuador en la presente Eliminatoria (al 2006) dice: 1) Venció a Venezuela (ya se vio que no era tontera ganarle); 2) Empató con Perú (no es ilógico); 3) Perdió con los tres líderes de la tabla: Paraguay (mereciendo ganar), Argentina (era empate) y Brasil (no le dieron un penalti) de manera ajustadísima. Y con los tres de visitante.

4) En los cinco partidos dominó, impuso su ritmo y su juego, mostró personalidad de equipo;

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5) Le faltaron suerte y jugadores. Justo los que podían darle goles. Agustín Delgado, el rey de oro de la clasificación al Mundial del 2002, estuvo ausente hasta ahora. Jaime Kaviedes, otro puntal de la pasada epopeya, vive atrapado en los laberintos de su mente indescifrable.

6) Recordatorio: Álex Aguinaga cumple ya 36 años, Cléver Chalá y Marlon Ayoví 33, José Cevallos ya los tiene, Alfonso Obregón sumó 32, Ulises De la Cruz 30, Iván Bam Bam Hurtado y Delgado ya están llegando también a las tres décadas. Edades otoñales…

7) “¿Y el recambio…?”, preguntan muchos. ¿Cuál recambio? Los que deben estar, están: Franklin Salas, Néicer Reasco, Carlos Tenorio.

En Argentina son titulares, hoy, Crespo, Ayala, Zanetti, Kily González, Almeyda, Verón, Cavallero, los mismos que decepcionaron en el Mundial 98 y fracasaron estrepitosamente en el 2002. Argentina algo de recambio tiene. Pero, por lo visto, recambia poco. Y lidera la Eliminatoria.

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Los tres técnicos que fueron dimitidos en la presente Eliminatoria se echaron solos. Nelson Acosta llegó a Bolivia y dijo: “Con esta desorganización no le ganamos a nadie”. Tiró abajo todo antes de empezar. Venía de Chile a Bolivia (con todo lo que ello implica) y empezó criticando fuerte. Disparatado. Maturana aceptó un nuevo mandato en Colombia cuando su relación con el medio y la prensa de ese país estaba totalmente desgastada. Y Carrasco jugó a la ruleta rusa: creyó que se podía atacar siempre con cinco delanteros. Se sabía que perdería catastróficamente en algún momento. Fue con Venezuela.

Ante Colombia faltarán Méndez (pilar fundamental), Obregón, Cevallos, Reasco y  Tenorio. Cinco bajas ante una selección plena de figuras como la de Colombia. Se podría perder tranquilamente.

Aun así, quitar de en medio a Bolillo en este momento sería un desatino gigantesco e imperdonable. Equivaldría a decir, oficialmente: señores rivales, nosotros nos retiramos.

Tiene toda la razón del mundo el técnico. Si la gente le pide que se vaya, se va. Caso contrario, quién lo va a echar… ¿la prensa?