Aunque cueste creerlo, la tortilla, base de la alimentación de los mexicanos, ha perdido espacio en los últimos años ante la oferta de nuevos productos, un cambio en los hábitos de los consumidores y la eliminación de un subsidio gubernamental que la impulsó por varias décadas.

En 1999 el gobierno eliminó el subsidio a la tortilla de maíz, que ha sido “plato y cuchara” de los mexicanos, lo que disparó el precio del producto y redujo su consumo al grado que el país dejó de ser el principal mercado del Grupo Maseca (Gruma), el mayor productor mundial de harina de maíz.

La compañía trata de impulsar el consumo de tortilla a través de una campaña publicitaria y del lanzamiento de productos de dieta.

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Además de Gruma, empresas como Bimbo, el tercer productor mundial de pan, buscan captar al consumidor que desea balancear su dieta.

“La obesidad es un problema que está creciendo en México, pero el problema no es que los alimentos engorden, sino los malos hábitos alimenticios de la gente”, dijo Héctor Bourges, del Instituto Nacional de Ciencias y Nutrición.