En el sector de Bastión Popular ocurren la mayoría de los incendios que se producen en la ciudad, según reportes del Cuerpo de Bomberos.

Aún conserva el periódico en el que se cuenta la historia de aquel día en que su vivienda se convirtió en cenizas por el fuego. Así describe Mariana Mendoza, ese cinco de septiembre, a las 10h00, cuando por un cortocircuito se incendiaron cuatro casas -incluida la de ella- en el bloque 5 de Bastión Popular, al norte de Guayaquil.

“No fui a trabajar. Me quedé en casa porque el día anterior soñé que pasaba esto”, expresa ella, mientras conversa con las vecinas sobre ese hecho. El incendio, explica Mendoza, se originó en la vivienda de la familia Olmedo-Ballesteros y al minuto llegó a su casa.

Publicidad

Con baldes y ollas los vecinos y la familia empezaron a apagar el fuego que consumía refrigeradoras, cocinas, colchones, televisores y las cañas que forman parte de la estructura de las casas.

Los bomberos, comenta la señora, llegaron una hora tarde, ya cuando el fuego dejó en cenizas el fruto de los años de trabajo de todas las familias afectadas.

Luego de ocho meses, cada hogar inició la reconstrucción de las viviendas. Les tocó volver a empezar, ya que hasta los documentos habían perdido. Tuvieron que ahorrar un dólar diario para empezar a comprar las cañas y el zinc que servirían para volver a edificar sus casas, lo que lograron después de varios meses. “Ahora la situación mejoró, solo nos asusta el desalojo porque aquí se construirá mucho lote”, asegura.

Publicidad

Hermencia Ballesteros muestra las fotos del hecho. Parece que nunca hubo un inmueble. También lo perdió todo. El cortocircuito se registró en su casa.

Ella había ido al mercado y cuando bajó del bus, los moradores del sector empezaron a gritar: “Incendio, incendio”, nunca pensó que era su vivienda, sin embargo cada vez que se acercaba veía que el fuego estaba cerca.
“Yo pensé en mis hijos, pero ellos huyeron apenas comenzó el accidente. Gracias a Dios no hubo víctimas”, comenta.

Publicidad

Para su familia fue muy dura empezar desde cero ya que solo quedaron con la ropa que tenían puesta. Perdieron incluso los electrodomésticos que pocos días antes los habían adquirido. La semana pasada su familia concluyó la construcción de su casa, que logró con la ayuda de su familia, ya que no recibieron apoyo de ninguna institución. Ahora, pareciera que nada hubiera ocurrido, no obstante el recuerdo de ese día no será fácil de olvidar, afirma ella.

Para Ángela Alvarado ha sido difícil volver a recuperarse luego de que un incendio, ocurrido el pasado 21 de enero, acabara con la mitad del inmueble -situado en José de Antepara y Padre Solano- el que alquilaba.

Actualmente ella habita una cuadra más al norte (calle García Moreno) y cuenta que aún la vivienda conserva las huellas de aquel día.

“Los dueños decidieron arreglar la casa, por eso tuvimos que salir. Poco a poco con mis ingresos de costurera he podido salir adelante”, dice la señora.

Publicidad