La Palma de Oro del Festival de Cannes fue otorgada ayer al director norteamericano Michael Moore por su película  Fahrenheit 9/11, un arma cinematográfica de grueso calibre dirigida contra el presidente George W. Bush y su política en Iraq.

Al recibir el galardón en la ceremonia de entrega de premios del Festival, el cineasta se lo dedicó a “los niños de Estados Unidos y de Iraq y a todos aquellos que sufren en el mundo a causa de las acciones” de Estados Unidos.

El público que asistía a la ceremonia recibió el anuncio del premio con estruendosos aplausos. “¡Qué han hecho! Estoy apabullado por este premio y no tengo manera de expresar mi agradecimiento!”, dijo Moore, dirigiéndose a los miembros del jurado, presidido por su compatriota Quentin Tarantino.

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“Gracias a ustedes, Estados Unidos no será el único país en el que esta película no se vea”, dijo, estimando que ahora va a recibir propuestas de  distribución en su país. “Hay quienes quieren ocultar la verdad, pero el pueblo quiere la verdad y hay que sacar la verdad del armario”, agregó.

“Voy a citar a un presidente republicano que dijo: ‘Si se dice la verdad al pueblo, la república está salvada’. Ese presidente era Abraham Lincoln, un republicano de otra especie”, afirmó.

Fahrenheit 9/11 es un implacable alegato contra la manera en que el gobierno norteamericano llevó a cabo la investigación sobre los atentados de  Nueva York y manipuló a la opinión pública para provocar una psicosis de miedo que le aportara respaldo para sus planes de guerra contra Iraq, y señala que esta estaba motivada exclusivamente por los intereses económicos a los que está  ligada la familia Bush.

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Cineasta militante, Moore se hizo célebre en el mundo con su laureado documental Bowling for Columbine, en el que evocaba la matanza en un colegio y denunciaba el comercio de armas. En anteriores películas había dirigido sus cañones contra las grandes multinacionales: General Motors en Roger y yo y  Nike en The Big One.

Fahrenheit 9/11 arranca con el dudoso escrutinio del estado de Florida que llevó a la presidencia de Estados Unidos a George W. Bush.

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Repasa luego las anormalidades de la investigación sobre los atentados del 11 de septiembre –como el hecho de que se permitiera en los días sucesivos salir de Estados Unidos a todos los miembros de la familia Bin Laden–, las presiones para que se acusara a Iraq de los atentados y las imbricaciones de intereses económicos entre la élite saudita, en particular los Bin Laden, y los  Bush y las empresas con que estos están relacionados.

Finalmente –con imágenes impresionantes de los bombardeos, del sufrimiento de la población civil, de la humillación de prisioneros, pero también de soldados norteamericanos muertos–, denuncia la invasión de Iraq, “un país que  nunca atacó a Estados Unidos”.

GANADORES

Palma de oro
Fahrenheit 9/11, del director norteamericano Michael Moore. Este es el primer documental que gana el máximo galardón en el Festival de Cine de Cannes desde 1956. En esa época lo obtuvo El mundo silencioso, del director de origen francés Jacques Cousteau.

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Gran premio del Jurado
Old Boy ,  de Park Chan-wook (Corea del Sur)

Intérprete femenina
Maggie Cheung (China), por Clean, de Olivier Assayas (Francia).

Intérprete masculino:
Yagira Yuya, por Nobody Knows, de Hirokazu Kore-eda (Japón).

Mejor director
Tony Gatlif, por Exils (Exilios), (Francia).

Mejor guión:
Agnès Jaoui y Jean-Pierre Bacri, por Comme une image (Como una imagen), (Francia).

Premio del Jurado
La actriz Irma P. Hall, por el filme estadounidense The Ladykillers, de Joel y Ethan Coen. Y la película Tropical Malady de Apichatpong Weerasethakul (Tailandia).