Aproximadamente 3.000 jóvenes nacidos en el año 1985 se acuartelaron ayer en el Centro de Movilización Occidental ubicado en la Av. Pedro Menéndez Gilbert y Democracia, en el norte de la ciudad, según informó el jefe de esa base, coronel Carlos Enrique Cañar.

Desde las 02h00 de ayer empezaron a llegar al centro los postulantes.  Iban  acompañados de familiares y amigos que estuvieron para despedirlos. Ese fue el caso de Luis Alberto Pincay, quien llegó de la isla Trinitaria (en suroeste) con su madre María Guerrero y varias  vecinas de su barrio.

A las 09h00, detrás de la alambrada que se instaló frente a la puerta principal, María  observaba en el patio interior  a su único hijo varón, el mayor de dos hermanas que la dejaba “para cumplir con el servicio militar”, como dijo ella.

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“Él me ayudaba en un pequeño negocio que tengo y me da mucha tristeza que se vaya. Pero es su decisión”, decía mientras se deslizaban unas cuantas lágrimas por su rostro.

Como ella, a su lado otras madres y esposas lloraron también la partida de jóvenes que llegaron de otras poblaciones de Guayas y de Manabí, Los Ríos y Galápagos, provincias que forman parte de la jurisdicción del Centro de Movilización Occidental.

En esas instalaciones, sentado en el patio, el hijo de María, Luis Alberto Pincay, hacía nuevos amigos entre un grupo de más de cien chicos de su edad (18 años), con quienes viajaría hacia un destacamento militar que será su nuevo hogar en los nueves meses que dura el servicio militar.

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Entre ellos estaba también Jorge Luis Fajardo, quien llegó desde Quevedo (Los Ríos), para enlistarse en el Ejército. Además de su familia dejó atrás su oficio de albañil porque los estudios los dejó a medias, ya que era prioridad trabajar para ayudar a la familia.

En el patio posterior era sometido a exámenes dentales, de presión arterial, corporal y de VIH otro numeroso grupo de jóvenes que, sí pasaban las pruebas, iban a ser enviados a destacamentos de Nueva Loja (Sucumbíos), Gualaquiza y Patuca (Morona Santiago), Zamora (Zamora Chinchipe), Manta (Manabí), Cuenca (Azuay) y Puerto Baquerizo Moreno (San Cristóbal, Galápagos).

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El coronel Cañar dijo que esta segunda llamada (la primera fue en febrero) cumplió las expectativas y espera que la tercera y última, que será en agosto próximo, sea igual.

“Quienes no se presenten serán considerados remisos y deberán pagar una multa de $ 32 que determina la ley”, advirtió.

El oficial anunció que el próximo 10 de junio en el coliseo Voltaire Paladines se hará el sorteo anual donde 8.000 jóvenes nacidos en 1986 no tendrán obligación de acuartelarse y solo pagarán $ 10 por la libreta militar.