Ante un hecho insólito ocurrido en mi domicilio ubicado en la ciudadela Samanes 5, me siento obligada a hacerlo público con el propósito de que esta clase de acontecimientos no vuelvan a repetirse.

El domingo 9 de mayo como a las 20h00 escuché un fuerte ruido en el patio de mi casa; mi familia dedujo que era alguna camareta, y de ese criterio nos convencimos todos. Pero el lunes 10, al revisar el auto estacionado en la parte lateral del patio, para salir a nuestros trabajos, vimos que el parabrisas estaba hecho trizas.

Buscamos en el patio alguna respuesta a ese hecho y encontramos un proyectil; comprendimos que se trató de una bala perdida, de las muchas que todas las noches se escuchan disparar en Samanes 5.

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Siempre me he informado por los medios de comunicación que algún niño muere al ser impactado por una bala perdida; pero uno lee y no reflexiona. La situación en Samanes 5 es alarmante. Haciendo indagaciones, con los guardianes, uno de ellos me dijo: “Hace pocos días otra señora andaba con una bala en la mano, que había caído en su dormitorio”.

Gracias a Dios en esta ocasión sufrimos un daño material, pero no quiero ni pensar que el afectado hubiera sido uno de los miembros de mi familia.

¿Quién debe velar por la seguridad ciudadana? ¿Quién debe controlar el uso indiscriminado de armas en las ciudadelas?

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Lcda. Mariana F. de Rendón
Guayaquil