Nos llena de orgullo a los guayaquileños ver cómo, en el transcurso de algunos años, nuestra ciudad ha avanzado tanto urbanísticamente, a tal punto de convertirse en una de las ciudades modelos de desarrollo en Latinoamérica.

Por lo tanto, es deber de todos nosotros colaborar de alguna manera en no ensuciar nuestras calles, especialmente cuando se realizan eventos barriales o cuando viajamos en transportes públicos; pues es muy común observar a pasajeros de buses, colectivos, arrojar desde las ventanas botellas plásticas y desperdicios sin que se aplique sanción alguna a las líneas o cooperativas que permiten esa mala práctica.

Se debe disponer de pequeños tachos en cada uno de los transportes públicos para que los pasajeros boten allí la basura al momento de bajarse del vehículo. Esa simple disposición mejoraría mucho más la imagen de nuestra ciudad y de sus habitantes.

Publicidad

Ing. Enrique Maldonado G.
Guayaquil