Michael Jordan, considerado por muchos el mejor del baloncesto de todos los tiempos, no tiene deseos de convertirse en técnico por el momento y, en vez de eso, expresó que desearía poseer una franquicia en la NBA.
“Mi próxima ambición es tener un equipo, comprar un club de baloncesto, no ser entrenador”, dijo ayer en una conferencia de prensa el deportista nombrado en cinco ocasiones como el más valioso del año en la NBA.
“No tengo paciencia para ser entrenador”, afirmó Jordan, quien el año pasado negoció para comprar los Bucks de Milwaukee y adquirir una mínima participación en la expansión de Charlotte, pero en ambas ocasiones acabó con las manos vacías.
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Preguntado sobre si alguna vez volvería a la cancha como jugador, Jordan, que se retiró del deporte en tres ocasiones, se rió y dijo: “No”.
Jordan estaba en Beijing para promover su línea de ropa después de pasar un tiempo retirado de la vida pública desde su último partido con los Wizards en el 2003.
En China es idolatrado, ya que en el país el jugador apodado “el hombre volador” fue clave en el aumento en la popularidad del deporte en la década de los noventa.