Cada semana salen,  desde el Ecuador, dos vuelos chárter con 167 pasajeros hacia la isla del caribe colombiano.

El sol brilla sobre  el mar del Caribe, conocido como el mar de los siete colores. Franjas verdes, turquesas, celestes, azules y de otros tonos similares embelesan al turista que llega a San Andrés, isla que integra el archipiélago de igual nombre, junto a Providencia y Santa Catalina, al norte de Colombia.

En el centro andresino, isleños mulatos con esculpidas facciones ofrecen la elaboración de trenzas y collares de piedras marinas y conchas, a sus compatriotas del continente y a grupos de ecuatorianos que pasean por el malecón y la playa de arena blanca y fina.

Publicidad

A lo largo de la avenida Colombia, la del malecón que rodea a la isla, se mueven decenas de pequeños comerciantes que alquilan carros tipo jeep (a $ 20 la hora) y motocicletas (a $ 10 la hora) para dar la vuelta a la isla, un paseo que puede durar dos horas. Aquí también hay otros nativos isleños y tres otavaleños con sus típicos atuendos, que venden pareos y todo tipo de ropa fresca,  adecuada para la temperatura del lugar que supera los 32°.

Por esa avenida llama la atención el ir y venir de viejos autos Chevrolet Caprice, de la década de 1970, que sirven de taxis y que dan al extranjero la sensación de estar en las calles de La Vieja Habana, en la también caribeña Cuba.

José Luis Rodríguez (de 50 años), uno de los 3.000 taxistas que se dedican al oficio en San Andrés, justifica la presencia de estos carros explicando que son los más fáciles de adquirir porque son usados y baratos.

Publicidad

Con su Ford azul va al aeropuerto en busca de turistas y realiza más de cuatro carreras al día. Por la más barata cobra $ 2 pagaderos con billetes, pues para los nativos las monedas no tienen validez porque no se usan en la isla. “Simplemente no las cogemos (las monedas)”, dice.

En el centro comercial New Point, estudiantes de Hotelería y Turismo captan turistas para las lujosas cadenas de hoteles Decameron y Sunrise. Davis Crespo (de 18 años) convenció a tres ecuatorianos que visitaron la isla a fines de abril para que vuelvan a este mágico destino del Caribe o viajen a otros como Jamaica, Punta Cana (República Dominicana) o Panamá.

Publicidad

Todo incluido
Con paquetes turísticos que  venden las operadoras del medio desde $ 392 (sistema todo incluido, que abarca desde desayunos hasta cenas bufé, shows, deportes acuáticos no motorizados y excursiones),  San Andrés se ha convertido en uno de los destinos preferidos por los ecuatorianos, asegura Ana María Chiang, quien labora como operadora turística en una agencia de viajes de Guayaquil.

Desde el pasado 9 de abril (Semana Santa), Eurolatina, una de las mayoristas de turismo que organiza viajes a San Andrés con la cadena de hoteles Decameron, envía cada semana 167 pasajeros a esa isla colombiana en dos vuelos chárter de la compañía aérea TAME. Uno sale los jueves y el otro los domingos.

Anteriormente, desde octubre  pasado hasta febrero de este año, la mayorista enviaba 67 viajeros semanales a través de la compañía aérea Ícaro, lo que significa que la demanda ha aumentado.

A esos 167 pasajeros se suman los que vuelan por la línea colombiana Avianca y los que están empezando a salir con los vuelos chárter que organiza otra mayorista local que trabaja con la cadena de hoteles Sol Caribe.

Publicidad

Los hoteles ofrecen todas las comodidades. En el día ponen a disposición sus playas privadas y piscinas naturales y artificiales con bar incluido, clases de buceo y surfwind, chivas terrestres, entre otras actividades.

Por las cálidas noches de cielos estrellados se ofrecen traslados por la isla y diversión en sus mejores discotecas, donde suenan los ritmos tropicales (salsa y merengue) y el reggae que llega desde la cercana Jamaica.

En San Andrés, cada día el sol brilla sobre ese  furioso mar caribeño de siete colores difícil de olvidar.