Luego de hora y media, que duró la audiencia preliminar, el checo Josef Pilnik salió ayer sonriente del juzgado 24º de lo Penal y en el bus de la penitenciaría fue llevado de regreso a la cárcel. “No existen pruebas para acusarlo”, dijeron sus abogados, Carlos García Barahona y Emilio Rosales.

El checo Pilnik fue imputado por presunta “instigación para delinquir”, tras cortarse el meñique izquierdo el pasado 8 de enero, para exigir la libertad como reo sin sentencia.