La universidad ecuatoriana ha perdido mucho con la realización de los famosos cursos autofinanciados, ya que es un mecanismo de facilismo para que el estudiante mediocre apruebe el año que académicamente lo perdió.

La comunidad universitaria esperaba que los directivos pregunten si el estudiantado está de acuerdo con la realización de dichos cursos que, por más reglamentos que les pongan, serán un mecanismo para que exista corrupción.

La calidad del profesional universitario estaría descendiendo, por lo que deben hacerse las gestiones necesarias para abolir tales cursos.

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¿En seis semanas un estudiante puede aprender lo que no aprendió en un año académico? ¿Es justo que un buen estudiante en materias difíciles apruebe limpiamente con la mínima nota, y que en cambio un estudiante que perdió el año mediante el curso autofinanciado lo apruebe con la máxima nota?

¿Es legal que un alumno que ha aprobado su año normalmente se inscriba en el autofinanciado para aprobar materias del siguiente año, y no hacer el año académico? ¿El autofinanciado genera una nueva matrícula o no?

Facultades de ciencias médicas no deberían tener cursos autofinanciados ya que estaría en juego la vida de seres humanos, pues al estudiante que no está preparado para ser médico, no debería permitírsele graduarse como tal.

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Gabriela Carrillo Zambrano
Quito
Desde que se pusieron en vigencia los llamados cursos de “autogestión” o de “autofinanciamiento”, no solo que han desmejorado la enseñanza sino además han dejado, por lo menos así parece, de ser universidades del Estado, para constituirse en instituciones particulares caras.

Los cursos antes mencionados han servido para que “proyectistas” se hayan dado la tarea de inventar formas y maneras para perjudicar a los educandos, sino que además se han constituido en verdaderos creadores de centros de comercialización de los dineros de nosotros, los padres de familia que, como es natural en los primeros años de la educación universitarias, tenemos que costear esa “educación”.

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A manera de ejemplo, algunos de los “proyectos” del autofinanciamiento: Se han puesto en práctica “mallas curriculares” y se han determinado cursos semestrales, dividiendo las materias que se dictaban en los cursos normales para cobrar doble matrícula en un mismo año, y si una materia de ese curso no se la dicta, se crea un seminario que dura pocos días teniendo que pagar matricula y la materia por verse, lo cual triplica o cuadriplica el valor del curso lectivo.

Si un estudiante reprueba dos materias del semestre que dura doce semanas, las ve en un curso de invierno que dura cuatro semanas y si no las quiere tomar, puede matricularse en el semestre inmediato superior. Aunque está prohibido el anticipo de materias, se dan en el curso de invierno hasta por tres materias nuevas que se las puede aprobar en cuatro semanas, solo tiene que pagar un saldo de matricula del semestre anterior, derecho de matrícula del curso de invierno y un valor determinado por cada materia.

Se han determinado dos preuniversitarios en el mismo invierno, y fuera del de verano, cursos que duran cuatro semanas, con el objeto de que los que no lo aprueban en el primero, lo puedan aprobar en el segundo.

Se han determinado puntos de ventas en cada facultad, para la adquisición de hojas para uso de las computadoras o de fotocopiadoras, de papel ministro, de carpetas, formulario de carné estudiantil (dos al año), en forma obligatoria y a un precio que está muy por encima del costo que estos artículos tienen en papelerías de lujo.

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¿Para qué sirve el dinero recaudado por el autofinanciamiento?

Carlos Quito Ordóñez
Guayaquil