Criticada sin cesar por los nacionalistas  hindúes por sus orígenes italianos, Sonia Gandhi, quien renunció ayer al  puesto de primera ministra india, había logrado sin embargo lo que parecía casi  imposible, llevar al Partido del Congreso a la victoria en las legislativas de  la India.

Sonia Gandhi, de 57 años, viuda del ex primer ministro asesinado Rajiv  Gandhi y heredera de la dinastía Nehru-Gandhi,  renunció a ser  primera ministra de la India tras una violenta campaña contra su origen  italiano y las persistentes dudas sobre la estabilidad del gobierno que podría  formar.

Ella nació en el norte de Italia y  tiene la nacionalidad india desde 1984. Pero desde su casamiento con Rajiv  Gandhi en 1968, asesinado en 1991, borró progresivamente toda apariencia  occidental, hasta lució el sari y el shalwar kameez en vez de la  ropa europea.

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Se distanció de la religión católica, mientras que más de 800  millones de indios practican el hinduismo.

El candidato que propondrá Sonia Gandhi para primer ministro será  Manmohan Singh, jefe de la oposición en el Parlamento indio, y que está considerado el padre de las reformas económicas que propiciaron el actual desarrollo del país.