Los ventanales de los bancos privados y públicos de Cartagena, como Bancolombia o Banco Popular, entre otros, lucieron ayer grandes carteles con las leyendas “No Alca y no al Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos”, firmado por la Unión Nacional de Empleados Bancarios, cuyos miembros, con megáfonos, protestaron en contra de los procesos de apertura comercial dentro de algunas instituciones financieras frente a los clientes.
Voceros de organizaciones políticas y sociales, y de las principales centrales sindicales colombianas, anunciaron el domingo en Bogotá que realizarán hoy varias marchas, mítines y concentraciones, para protestar por el inicio de las negociaciones de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos.
El presidente de la Federación Nacional de Trabajadores del Estado (Fenaltrase), Roberto Chamucero, advirtió que las centrales sindicales rechazan las negociaciones con Estados Unidos, por considerar que van en contravía de los intereses de los trabajadores. En consecuencia, agregó, los educadores del Estado y los funcionarios judiciales paralizarán hoy sus labores, al tiempo que otros sectores realizarán mítines y concentraciones en las plazas públicas.
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Chamucero precisó que las manifestaciones de rechazo al TLC reunirán a por lo menos 800.000 trabajadores estatales que protestarán por el inicio de las negociaciones, programado para hoy en el puerto caribeño colombiano de Cartagena. Mientras voceros de 45 organizaciones sociales y políticas, reunidos el domingo en Bogotá, anunciaron también que se preparan marchas en todo el país para expresar su oposición al Tratado.
La Red Colombiana de Acción frente al libre comercio anunció que el gobierno colombiano está negociando de manera confidencial, con un equipo poco experto, frente a los negociadores de Estados Unidos, “lo que puede llevar al país a tener un fracaso como México con el Nafta (Tratado de Libre Comercio con ese país)”.
Amílkar Acosta, presidente de la Sociedad de Economistas de Colombia, manifestó al respecto que el TLC “no genera expectativas de crecimiento económico para el país, y sí una invasión de productos norteamericanos”.