Estados Unidos aseguró ayer estar  dispuesto a “aceptar” todo tipo de gobierno iraquí, incluso uno teocrático, surgido de elecciones democráticas en Iraq.

“Tendremos que aceptar lo que el pueblo iraquí elija”, declaró ayer el secretario de Estado, Colin Powell, en una entrevista concedida a la cadena de televisión NBC.

Estas declaraciones son un giro en la política de EE.UU. que hasta ahora siempre se opuso a que los dirigentes religiosos chiitas iraquíes siguieran los pasos de sus vecinos iraníes.

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No obstante, Powell advirtió que para obtener la aceptación del mundo, los iraquíes “deben respetar los derechos humanos, los derechos de todos los individuos y no permitir la llegada de un régimen puramente fundamentalista”.

La política de resistir un futuro gobierno islámico en Iraq ha sido planteada reiteradas veces por el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, quien hace un año dijo públicamente que “no se permitirá que una minoría que hace oír su clamor para transformar Iraq a imagen de Irán” concrete su aspiración.

Las autoridades de la ocupación estadounidense también han resistido los intentos del gran ayatolá Ali Al Sistani y otros clérigos chiitas iraquíes de incluir cláusulas en la constitución provisional iraquí para establecer al Islam como el fundamento religioso de las futuras actividades legislativas.