Las autoridades que administran plantas hidroeléctricas y embalses o represas que almacenan agua para consumo humano, riego y otros usos, tienen la obligación de diseñar y contratar servicios de profesionales analistas, para hacer controles de calidad y de nivel; conocer la salinidad; mitigar la corrosión en las turbinas; y conocer la cantidad de sedimentos anualmente depositados en los embalses.

La circulación de los ríos sufre alteraciones físicas, químicas y microbiológicas, por la acción del hombre o de la naturaleza, ocasionando desequilibrio ecológico con el nacimiento de masas hídricas. La presencia en ciertas épocas, de lechuguines, algas y otros vegetales en la superficie de los ríos, inhibe el transporte fluvial, tapona los canales de circulación, dificulta la penetración del oxígeno atmosférico en el agua, necesario para oxidar la materia orgánica y  para la vida de los peces.

La erosión de cerros, suelos agrícolas en épocas de lluvias, aumenta las turbiedades de los ríos por la presencia de materiales arcillosos, arenosos..; esas partículas se depositan en los lechos de los ríos y embalses, produciendo inundaciones en el sector agrícola y que las presas disminuyan su capacidad de almacenamiento.

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Un país que cuida sus recursos hídricos, progresa. Con la nueva Ley de Acceso a la Información, los colegios de profesionales estarían en capacidad de pedir informaciones para conocer la calidad de nuestros recursos hídricos nacionales.

Dr. Qco. Aurelio Mosquera C.
Guayaquil