Al situarse frente al colegio Víctor Hugo Mora, en la cooperativa Francisco Jácome, parecería que el local estuviera cercado. Sin embargo al ingresar, el panorama es diferente. Ahí no se establece el límite entre la institución, las calles y las viviendas.

El colegio fue fundado hace quince años y en él se educan cerca de 700 jóvenes que habitan en El Fortín, Colinas de la Flor, Flor de Bastión, Bastión Popular, Pascuales, Lomas de la Florida, Nueva Prosperina, Guerreros del Fortín y otros asentamientos que se han fijado en zona de la ciudad.

El sitio, que ocupa un área de 17 mil metros, tiene ocho paralelos para la mañana y ocho por la tarde. Sus problemas más críticos son la carencia de cerramiento, de canchas, de baterías sanitarias y de profesores.

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Su rectora, Bertha Zambrano, indica que han solicitado en varias ocasiones el apoyo de la Dirección Nacional de Servicios Educativos (Dinse), pero no han obtenido respuesta.

La fachada del instituto fue construida el mes pasado por iniciativa del comité de padres de familia. La pintura en las aulas y los baños fueron colocados con los fondos del colegio; no obstante, hay cuartos que todavía no son pintados por temor a que los delincuentes vuelvan a rayar. Como ocurrió con sus baterías sanitarias.

El problema para cerrar el plantel, asegura la profesora Isabel Amores, se vuelve cada vez más grave, ya que por las noches hay personas que quieren invadir los terrenos que no han sido utilizados a pesar que hay un guardia.

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El colegio es considerado como el primero que tiene menos presupuesto para la educación.