La Unión Europea, Estados Unidos y el G-20 coincidieron este viernes en mostrar su confianza en la posibilidad de llegar a un acuerdo marco de agricultura en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC) de aquí al mes de julio aunque no ocultaron que el desafío sigue siendo importante.
 
El canciller brasileño, Celso Amorim, en representación del G-20 de países en desarrollo, y el comisario europeo de Comercio, Pascal Lamy, manifestaron su nuevo optimismo con dudosas metáforas geológicas: el primero dijo "olfatear un terremoto positivo" mientras que, según el segundo, el volcán, hasta ahora dormido, comienza a "echar humo".
 
En el capítulo más difícil, el llamado acceso a mercados, el G-20 anunció estar dispuesto a ponerse inmediatamente a trabajar en una nueva fórmula de reducción de aranceles alternativa a la llamada fórmula mixta presentada por Washington y Bruselas y que han rechazado tanto ese grupo como el de Cairns de exportadores agrícolas.
 
Amorim afirmó, en referencia a las supuestas tensiones dentro del G-20, que no "hay nada que pueda dividir a Brasil y la India", y dijo que todos los miembros del grupo avanzarán juntos, a tenor de las "sensibilidades" indias y de otros países en sus circunstancias (defensivas en agricultura en contraste con los intereses ofensivos del Brasil, Argentina, Chile y otros).
 
El representante del Comercio Exterior de Estados Unidos, Robert Zoellick, al igual que su colega de Bruselas, Lamy, dijeron estar dispuestos a estudiar las propuestas que pueda presentar el G-20 o Cairns para la próxima reunión de la OMC en Ginebra.
 
Zoellick se congratuló de la oferta europea de eliminar todos sus subvenciones agrícolas, dijo que EE.UU. está también dispuesto a hacer lo propio con "el elemento de subsidio" de sus créditos a la exportación, y aclaró que podría reducir por ejemplo a 6 meses el plazo de devolución de los mismos en lugar de que puedan llegar a treinta y seis como ahora.
 
En el tema de apoyos internos, Zoellick aceptó que se apliquen límites y se den garantías de que se desvincularán de la producción, todo lo cual repercutiría, dijo, en las condiciones de cualquier nueva "Farm Bill" que pudiese sustituir a la actual cuando venza en 2006.
 
Tanto EE.UU. como la Comisión Europea, que habían criticado fuertemente al G-20 en la fallida cumbre de Cancún (México), el pasado septiembre, dijeron ahora que está desempeñando un papel "constructivo" aunque Lamy señaló que en el acceso a mercados, ese grupo necesitará de un "fuerte liderazgo" dada su heterogénea composición y sus intereses divergentes.
 
El comisario europeo de Agricultura, Franz Fischler, señaló, por su parte, que no deben subestimarse los desafíos a los que se enfrentan los 147 países de la OMC e hizo hincapié en que la apertura de los mercados agrícolas sigue siendo el asunto más "espinoso" por las distintas "sensibilidades" aunque ahora "está mucho más claro lo que está en juego".
 
Preguntado si, a cambio de eliminar sus subsidios a la exportación, la Unión Europea exigiría a EE.UU. acabar también con sus créditos a al importación o podría contentarse con un acortamiento de los plazos de devolución, como sugiere Washington, Fischler dijo que lo esencial es establecer "disciplinas" y rápido para todo tipo de ayudas a la exportación.
 
Tanto Zoellick como Lamy insistieron hoy en incluir entre los subsidios a la exportación que distorsionan el comercio y que habrá que eliminar los impuestos diferenciales a los exportadores que aplica Argentina por razones fiscales y de seguridad alimentaria, algo que Buenos Aires, sin embargo, no acepta.
 
En cuanto a la apertura de los mercados para los productos industriales, Brasil dijo estar preparado para reducir aranceles aunque no para llegar obligatoriamente a un arancel cero en determinados sectores como reclama EE.UU. porque este país tampoco lo hace para los productos agrícolas como el algodón.
 
El representante de EE.UU., Zoellick, dijo que hay que llegar al máximo nivel de ambición liberalizadora en ese aspecto y establecer, por ejemplo, una "masa crítica"- por ejemplo, el 90 por ciento de la producción mundial- a partir de la cual se eliminarían los aranceles en sectores concretos.