La clase trabajadora del país a todo nivel es la única y legítima dueña de los fondos del IESS (Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social) y nadie debe osar siquiera en desviar la finalidad para la cual fueron creados.

La Constitución es por demás diáfana en especificar que al Gobierno se le podría conceder en calidad de préstamo hasta el 50% del efectivo en caja; mas, resulta que hasta el momento el Gobierno presente ya se pasó de dicha cantidad operativa y, por lo tanto, no es factible desde el punto de vista objetivo, legal ni lógico, que tome más dinero a cambio de bonos.

Pues, si ha habido negligencia en realizar inversiones de parte de los directivos anteriores del IESS, no debe ser razón suficiente para una fallida operación crediticia.

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De hoy en adelante deben preocupar más las susodichas inversiones, sobre todo por los muchos problemas de necesidades prioritarias para los dueños del dinero, como son: la provisión de insumos para los hospitales del IESS en todo el país, vivienda para toda la clase motora del país, etcétera.

Ya basta de falsos cálculos y desmesuradas ambiciones. Le corresponde al Gobierno la observación, con especial cuidado, de las leyes, reglamentos y el debido respeto a toda la ciudadanía.

Segundo B. Gómez Neira
Guayaquil