Con un discurso en el cual criticó al mandatario estadounidense George Bush por el endurecimiento de su política hacia Cuba, el presidente Fidel Castro encabezó este viernes una marcha multitudinaria de más de seis horas frente a la Oficina de Intereses de Washington en esta capital. 
 
Salpicados por las olas que bañaban la avenida costanera, cientos de miles de manifestantes -que según las cifras oficiales sumaron más de un millón-, desfilaron desde las 8 de la mañana hasta pasada las dos de la tarde frente al edificio de la misión, agitaron banderas y corearon consignas. 
 
"Este pueblo puede ser exterminado - bien vale la pena que lo sepa!-, barrido de la faz de la tierra, pero no sojuzgado ni sometido de nuevo a la condición humillante de neocolonia de Estados Unidos", dijo Castro, vestido con su habitual uniforme verde olivo, desde una plataforma blanca erigida frente a la misión. 
 
La protesta fue una de las respuestas del gobierno cubano a un conjunto de medidas presentadas ante Bush por el Departamento de Estado para fomentar una Cuba de corte pluripartidista. 
 
"De antemano conocemos lo que usted piensa o pretende hacer creer (acerca) de los que por aquí marcharán. En su opinión se trata de masas oprimidas y ansiosas de libertad lanzadas a la calle por el gobierno de Cuba. Ignora por completo que al pueblo digno y altivo que ha resistido 45 años la hostilidad... ninguna fuerza del mundo podría arrastrarlo como un rebaño", comentó Castro. 
 
Entre las iniciativas de Bush figuran limitaciones a los viajes de los cubanos residentes en Estados Unidos a la isla, restricciones al envío de remesas y apoyo a los disidentes. Además, Washington incrementó su control sobre compañías y empresarios que comercien con La Habana. 
 
"Cuba lucha por la vida en el mundo; usted (Bush) lucha por la muerte. Mientras usted mata a incontables personas con sus ataques indiscriminados preventivos y sorpresivos, Cuba salva cientos de miles de vida de niños, madres, enfermos y ancianos en el mundo", agregó el mandatario en un discurso leído de 15 minutos. 
 
Según las autoridades locales, el proyecto de la Casa Blanca podría ser un primer paso hacia hostilidades mayores, incluso a una invasión. 
 
Al concluir su discurso, Castro bajó de la tarima y encabezó la primera columna de manifestantes, pasó frente a la Oficina de Intereses y caminó ocho cuadras hasta la Avenida de los Presidentes. 
 
Varios metros atrás su hermano, el general Raúl Castro, presidió un numerosos bloque de militares y luego más de un millón de personas, según las cifras oficiales, formaron una gigantesca marea humana de cinco kilómetros. 
 
Algunos manifestantes cargaron carteles con reproducciones de fotografías de torturas en Iraq en los cuales se leía:   En Cuba jamás sucederá. Otras imágenes mostraban un montaje de Bush en uniforme hitleriano. 
 
"Bush fascista, no hay agresión que Cuba no resista", exclamaron y otra vez los locutores por altoparlantes. 
 
"Somos un país libre, ellos (los Estados Unidos) no deberían meterse en nuestros asuntos", comentó a la AP Yosvani Zapata al explicar su presencia en una columna. 
 
Pese a que muchos manifestantes llegaron al lugar de concentración en la madrugada y permanecieron horas de pie, no se produjeron disturbios. 
 
El lunes, las autoridades habían reaccionado al plan de Bush con un conjunto de medidas de control de ventas y uso del dólar destinadas, según el gobierno, a proteger la economía del país.