Hace meses un canal de televisión entrevistó a varios mendigos de la ciudad, entre ellos a Juanita, una señora muy mayor que usa un gorro y anda por el cruce de la calle Las Lomas, en Urdesa.

Conocí su nombre porque vi el reportaje en el que le prometían ayuda y acogida en algún centro. Luego la vi en persona y felicité; ella se quedó contenta de saber que sería trasladada.

Ha pasado el tiempo y Juanita está más enferma y decaída sorteando los carros, que a veces no puede ni acercarse a recoger las monedas que los conductores le dan.

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Sé que ella todavía espera que la  lleven a un asilo.

Teresa García Andrade
Guayaquil