¡Qué mal ejemplo el de los diputados! Hemos tocado fondo. Mientras el Gobierno trata a toda costa de sacarle  400 mil dólares al IESS (Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social) para cubrir gastos fiscales, los legisladores se ríen de la pobreza y cobran $ 300 adicionales por sesión extra.

Se olvidaron que el país está en crisis. Parecería que unos perdieron la vergüenza y la razón. Pero, ¿qué ley autoriza cobrar “horas extras” a las dignidades elegidas por votación directa, como son los diputados? Porque si existe esa ley habría que pagarles horas extras a los alcaldes, prefectos, al Presidente del país, etcétera.

Como los políticos se la saben todas, seguro que los legisladores tienen aprobado algún reglamento interno que les permite cobrar por: sesión extra, bono navideño, préstamos y otros.

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El Código de Trabajo nos indica la regla para obtener el valor de las horas extras, pero no la podemos aplicar a los legisladores. Nos queda el sentido común (inteligencia básica). Si ellos tienen un sueldo base de $ 2.500 y lo dividimos para 30 (días del mes), da $ 83,33; valor que deberían cobrar por sesión extra.

Sin embargo, como estamos hablando de rol de pago, no olvidemos los descuentos: no tenemos contralor; no tenemos la nueva Ley de Educación; no hay ninguna idea para mitigar en algo el desempleo y la pobreza; no escuchamos sobre algún plan urgente para mejorar el sistema carcelario. En todo eso debería  trabajar la Comisión de los Derechos Humanos del Congreso.

El arroz  subió el 25%; la electricidad es la más cara de América Latina; ¿dónde está la Comisión del Congreso que defiende a los consumidores?

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Jefferson Pérez ganó la primera medalla de oro olímpica para el país, y lleva dos medallas mundiales; a nadie se le  ocurre legislar para fijarle un sueldo mensual.

Entonces que cada ecuatoriano  ponga el descuento que le corresponde.

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Julio César Navas Pazmiño
Guayaquil

Por televisión escuché decir con verdadero asombro   a los diputados  que el sueldo que reciben  del Congreso por el “esfuerzo” que hacen es “una miseria”; cuando el país sabe que lo que a ellos les ingresa, únicamente por sesiones extraordinarias (cuatro tardes al mes), equivale a cinco meses o más del sueldo del común de los trabajadores ecuatorianos, que entregan su tiempo más de ocho horas diarias.

Si muy probablemente así piensa la mayoría de diputados, con eso nos hacen entender que no conocen la realidad del país; sin embargo, muy pronto estarán solicitando licencias para retirarse a preparar estrategias electorales para los próximos comicios. Hasta el menos preparado sabe que si un negocio no le resulta, no intentará dos veces.

Alejandro Sánchez
Guayaquil

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¿Los diputados son padres de la patria? Ellos se han subido a $ 300 el salario por sesión extraordinaria, se han incrementado los viáticos a  250.

¡En mi trabajo me dan $ 15 para viáticos y traigo el vuelto!, pero aquellos otros no son conscientes.

¿A  base de qué les pagan esos valores? ¿Acaso no formamos parte de una misma casa (país) y como “padres de la patria” los parlamentarios no deben poner el ejemplo y buscar la austeridad? En vez de viajar en avión, que tomen el bus de la noche y lleguen por la mañana a Quito. ¿Dónde está la política y el compromiso del Gobierno y los legisladores del ahorro fiscal?

A sus jefes –que somos todos los ecuatorianos– no nos han preguntado si aprobamos esos aumentos. Yo, una de sus jefes,  decidió “pagarles” a los diputados utilizando la medición de los resultados.

¡Sí!, ¿qué leyes nuevas  promulgaron o qué leyes obsoletas derrocaron en beneficio de mi Ecuador?

Con esta dolarización donde todas las empresas ya no pueden ganar subiendo precios, sino volviéndose competitivas, lo que lleva a mejorar resultados a través de la reducción de costos o diferenciando productos con una mejor calidad, los congresistas también deberían devengar sus sueldos demostrando que son competentes.

Insisto, debemos medirlos a través de los resultados; promulguemos todos los jefes de los “padres de la patria” una ley de veto a cualquier otra elevación de sueldo que ellos mismos quieran hacerse.

Ni yo, una de sus tantos jefes, percibo en un mes lo que ellos en sesión extraordinaria; y eso que tengo un diplomado que lo obtuve en el exterior y el peso de mi responsabilidad de trabajo me lleva a laborar hasta las 02h00. ¿Creen que los legisladores harían lo mismo por nosotros?

Ericka Helena Issa Morales
Guayaquil