Doce palestinos murieron en ataques israelíes en Rafah, donde el ejército reforzó su presencia tras haberse retirado del barrio Zeitun de Gaza, al cabo de una operación particularmente sangrienta.
Once palestinos murieron en dos ataques de helicóptero, uno después de medianoche y el segundo por la mañana, contra el campo de refugiados densamente poblado de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza.
El primer ataque dejó siete muertos y el segundo cuatro. Un tercer ataque de helicóptero dejó tres heridos.
Otro palestino, Ahmad Al Yacubi, de 19 años, fue herido de muerte en el pecho por disparos en una calle del campo de refugiados de Rafah, indicaron fuentes médicas y testigos.
En total, unos 50 palestinos resultaron heridos en los ataques o por disparos de arma de fuego u obuses en Rafah desde el miércoles por la noche, según fuentes médicas.
El ejército israelí dijo que los ataques apuntaban contra hombres armados.
Con estas muertes, se eleva a 4.015 el número de víctimas mortales desde el inicio de la Intifada, a finales de septiembre de 2000, entre ellos 3.029 palestinos y 916 israelíes.
La operación israelí se inició poco depués de un ataque con cohete anti-tanque contra un blindado del ejército hebreo en el que murieron cinco soldados.
Por otra parte, el ejército ocupó antes del amanecer más viviendas y demolió otras en la ciudad de Rafah y su campo de refugiados.
El jefe del estado mayor israelí, el general Moshe Yaalon, anunció a la radio militar que el ejército "tomó el control de varios edificios" y que amplió la zona tapón a lo largo de la frontera.
El ejército israelí, que concentró fuerzas importantes en el sector, continuaba buscando los cadáveres de los cinco soldados, dispersos en un centenar de metros.
El movimiento radical Yihad islámica, que reivindicó el ataque, afirmó poseer el cadáver "casi entero" de uno de los soldados muertos, pero el ejército no confirmó esta información.
Poco del inicio de la operación en Rafah, el ejército anunció haberse retirado totalmente del barrio de Zeitun, en el sudeste de la ciudad de Gaza, tras una incursión de cerca de 48 horas en la que se registraron violentos combates entre soldados israelíes y combatientes palestinos.
En total, 16 palestinos y 6 soldados israelíes murieron en esa incursión.
La muerte de once soldados en dos días alimentó el debate en Israel sobre la necesidad de evacuar la Franja de Gaza, como lo desea el primer ministro Ariel Sharon, cuyo plan de retirada de ese territorio fue rechazado sin embargo por su partido, el Likud, a principios de mayo.
De este modo, el número dos del gabinete israelí, Ehud Olmert, se declaró convencido este jueves de que Israel abandonará al final de cuentas la Franja de Gaza.
El primer ministro israelí Ariel Sharon "continuará una guerra sin piedad contra el terrorismo y al mismo tiempo concretará su plan de separación", declaró Olmert a la radio pública.
"La maldición de Gaza", tituló en su portada el diario Maariv, para el que la situación en ese territorio "no puede durar más", mientras que el cotidiano independiente Haaretz atacó duramente en un artículo al lobby de los colonos judíos que se movilizó para obtener el rechazo del plan Sharon por parte del Likud.
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