Más de 20 iraquíes murieron en nuevos combates entre las tropas de EE.UU. y fieles del clérigo rebelde Muqtada al-Sadr, mientras los máximos líderes chiíes se esforzaban para calmar la situación en las ciudades santas para su comunidad.
 
Los nuevos enfrentamientos se registraron en Kerbala, a unos 110 kilómetros al sur de Bagdad, donde las fuerzas de EE.UU. utilizaron tanques, vehículos blindados y helicópteros contra guerrilleros del "Ejército de Al Mahdi", creado por el clérigo rebelde.
 
Fuentes militares estadounidenses indicaron que varios soldados de EE.UU. resultaron heridos en los combates, que, según testigos, se desencadenaron anoche en los alrededores de una mezquita, en la que se habían refugiado varios guerrilleros, y duraron hasta primera hora de esta mañana.
 
Según testigos, las tropas norteamericanas utilizaron altavoces para conminar a los milicianos a que depusieran las armas y salieran del recinto de la mezquita de Mujaiyam.
 
Este templo se encuentra en pleno centro de la ciudad y a menos de un kilómetro de uno de los lugares más sagrados para los chiíes de todo el mundo, el mausoleo del imán Husein, nieto del profeta, e hijo del cuarto califa musulmán, imán Ali, enterrado en Nayaf, a unos 40 kilómetros al sur de Kerbala.
 
El responsable de Salud de Kerbala, Faleh al Hasnaui, había asegurado que en los enfrentamientos "cinco iraquíes murieron, dos de ellos milicianos, y otras once personas resultaron heridas, mientras que un hotel y varias casas cercanas al cuartel del Ejército de Al Mahdi quedaron destruidas".
 
Los combates se produjeron pocas horas después de que portavoces en Nayaf anunciaran un acuerdo entre varias autoridades chiíes para intentar poner fin de forma pacífica al enfrentamiento entre los seguidores de Al-Sadr y las fuerzas de EE.UU.
 
Según las fuentes, el supuesto acuerdo prevé el desarme de los seguidores de Al-Sadr, la salida de las tropas de EE.UU. de Nayaf, y el aplazamiento del juicio contra el clérigo rebelde hasta después del 30 de junio, fecha en la que Washington planea transferir el poder a los iraquíes.
 
También prevé que una fuerza de la policía iraquí sea encargada de la seguridad en las ciudades chiíes, añadieron.
 
El entendimiento fue alcanzado durante una reunión mantenida el martes en Nayaf por representantes de varias autoridades chiíes, incluido Al-Sadr, en las que participaron también jefes tribales de la zona.
 
Qais al Jazali, portavoz de Al-Sadr, señaló que su grupo anunciará los detalles del entendimiento tras ser aprobado por los máximos dirigentes del chiismo, posiblemente hoy mismo.
 
Fuentes del Partido Ad Dawa, uno de los principales grupos políticos chiíes de Iraq, confirmaron a EFE que los mediadores proseguirán sus esfuerzos en las próximas horas para intentar alcanzar un "acuerdo definitivo".
 
"Vamos a intentar hablar con los principales líderes religiosos y pedir consejo a la Maryaiya (máxima autoridad chií), en especial al gran ayatolá Alí Sistani para lograr un acuerdo definitivo y poner fin a estos crueles enfrentamientos", dijo Jawad al Maleki, asesor político de Ad Dawa.
 
El mando militar estadounidense, que no ha comentado hasta el momento el entendimiento interchií, había anunciado que quiere "vivo o muerto" a Muqtada al Sadr, agitador de la insurrección chií y acusado de estar implicado en el asesinato en abril del año pasado de otro clérigo de la misma comunidad, Abdulmayid al Joi.
 
Sin embargo, en los medios chiíes moderados se espera que los intentos para calmar la situación en el sur sean recibidos con beneplácito por Washington, que intenta reducir la inseguridad en el país antes del traspaso del poder en Iraq, previsto para el 30 de junio.