Al menos 24 personas más murieron este miércoles en sangrientos enfrentamientos callejeros entre combatientes cristianos y musulmanes por segundo día consecutivo en la ciudad nigeriana de Kano, en el norte del país, dijeron testigos.
 
Los disturbios, en los que murieron al menos 11 personas el martes, han desatado la ira popular porque la comunidad islámica considera que se trata de un fracaso del gobierno a la hora de evitar la masacre de cientos de musulmanes la semana pasada en Yelwa, en el centro de Nigeria.
 
La policía antidisturbios utilizó gases lacrimógenos para dispersar a grupos de jóvenes musulmanes armados con machetes y palos en muchas zonas de la segunda ciudad más importante de Nigeria, dijeron testigos.
 
Algunos miembros de la minoría cristiana se concentraban en el distrito central Sabon Gari y prendieron fuego a una mezquita en venganza por la quema de varias iglesias a manos de musulmanes el martes.
 
"Muchas personas en Sabon Gari están armadas con pistolas y machetes, retando a la milicia musulmana a que ataque", dijo el testigo Jackson Kentebe.
 
Kentebe dijo que vio 15 cadáveres en el distrito Badawa de la ciudad el miércoles, con lo que la cifra de fallecidos ascendería al menos a 26.
 
Kano, 400 kilómetros al norte de la capital Abuja, es el centro del activismo islámico en la nación más poblada de Africa.
 
La policía, que habitualmente retiene las cifras de muertos por la violencia religiosa, no pudo confirmar las muertes. Una fuente de seguridad, que declinó ser identificada, dijo que al menos 60 personas murieron en dos días.
 
Las autoridades de Kano pidieron sin éxito que de detuvieran los enfrentamientos.
 
"Los padres deberían hablar con sus hijos para detener esta destrucción de propiedad y muerte de personas inocentes", dijo el gobernador Ibrahim Shekarau en un mensaje emitido repetidamente en la radio estatal.
 
"Está mal atacar a alguien o matar a alguien por un crimen que él o ella no cometió", dijo Ado Bayero, el emir de Kano, en un mensaje de radio.
 
Supervivientes del ataque de la semana pasada en Yelwa dijeron que enterraron 630 cadáveres tras dos días de asalto de la milicia cristiana fuertemente armada. No fue posible comprobar la cifra de forma independiente y la policía dijo que "cientos" murieron.
 
La masacre de Yelwa fue el último brote de violencia de un conflicto que comenzó en 2001 cuando más de 1.000 personas murieron en enfrentamientos en el estado de la capital, Jos.
 
Al menos 1.000 más han muerto en los últimos tres meses.
 
La masacre de Yelwa se produce tres meses después de que la milicia islámica matara a casi 100 cristianos allí.